SALTA (Redacción) – A la par de la pandemia, existe otra problemática a nivel mundial que no tiene más vacuna que el cambio de conducta de la misma humanidad. Se trata de la crisis ambiental. En este marco, los desmontes en manos del Estado o de privados son motivo de constante reclamo en torno a las consecuencias que generan. Al respecto Salta 4400 dialogó con la flamante diputada nacional por Salta, Alcira Figueroa, en torno a su propuesta de alcanzar una ciudad sustentable.
La misma no sólo envió una carta al gobierno nacional, sino que se presentó ante las autoridades provinciales para dialogar al respecto. “Primero escuché muchos reclamos de los grupos ambientalistas. Yo también siempre estuve en contra de los desmontes en toda mi trayectoria personal y laboral. De hecho, soy especialistas en desarrollo sustentable y al tener este grado de conciencia y compromiso, he querido buscar la explicación de por qué estaban llevándose a cabo estos siete pedidos de desmontes en la provincia”, explicó.
En este marco, llamó a respetar el ordenamiento territorial. En este sentido, fue en el Centro Cívico Grand Bourg donde el señor Martin de los Ríos, aseguró que no habrían desmontes, ya que se habían solicitado en el gobierno de Urtubey. “Estaban en trámite a medio hacer y lo único que faltaba eran las audiencias públicas, pero iban a llegar hasta ahí. Además, se comprometió a convocar para hacer el nuevo mapa de reordenamiento territorial”, reveló Figueroa.
La armonía entre los grandes productores y las comunidades originarias
Así las cosas, Alcira comentó que ya ha presentado dos proyectos ambientales. En este sentido, apuntó también a favor de la agro ganadería. “Por un lado, sabemos que por la pandemia hay una presión muy grande sobre la tierra; sobre los territorios que quieren acoger este tipo de emprendimiento. Hay una demanda muy grande de carne y grano hacia la Argentina”, analizó.
Al respecto, la diputada considera que “ese modelo agro exportador nos ha llevado muchas veces a expandir territorio y desalojar poblaciones completas de zonas rurales y también al desmonte y ganar territorio para la soja, maíz, azúcar y ganadería”. Por este motivo, señaló la relevancia de tener “un equilibrio”. Por un lado, “que las comunidades tengan su espacio para producir y para vivir”. Y por el otro, “regular esos emprendimientos respecto del cuidado del medio ambiente”.
La gestión ambiental como política de estado
En medio de esa armonía “entre esas familias rurales y este productor”, Alcira llamó a la reflexión. “Nosotros no estamos en contra de las grandes producciones, sino que estamos diciendo que en cada territorio que se pretende desmontar hay un eco sistema. El mismo incluye grupos humanos que necesitan vivir, reproducirse y calidad de vida. Frente a ello, lamentó que “en estos últimos años no se ha tenido en cuenta ese aspecto”.
“Hoy tenemos más del 60% de la población viviendo en salta capital, en villas, barrios, asentamientos, sin lo más mínimo para vivir. Es gente del interior que se vienen para acá porque fue despojado de su espacio. Hace falta el diseño y la planificación de ciudades sustentables donde pueda vivir cualquier familia salteña con dignidad”, concluyó.
