SALTA (Redacción) – Durante la última sesión de la Cámara de Diputados de la provincia los legisladores debatieron sobre la polémica del litio en Salta. En este marco, Santiago Godoy aseguró que no existe ninguna posibilidad de nacionalización del recurso y describió que los peronistas respetan la Constitución. Por otra parte, remarcó que el verdadero debate es sobre el «modelo extractivista» y las consecuencias ambientales de la minería.
Puntualmente, el diputado Godoy aclaró: “Lo que hay que discutir no es el cuco de la nacionalización». «Sino si Salta va a seguir en este sistema extractivo que va a destrozar el medio ambiente”, completó durante la discusión legislativa sobre el proyecto de declaración. Como bien se informó, la normativa busca rechazar cualquier iniciativa «que proponga nacionalizar los recursos propios de las Provincias, tales como el litio u otros minerales”.
Luego, el legislador agregó que la actual ley minera le da a las compañías «ganancias extraordinarias». Por esa razón advirtió que la forma de controlar la extracción de litio es lo que las empresas declaran. “Es a gusto y paladar y bajo declaración de las empresas”, alertó. En ese mismo debate agregó: «Tampoco es cierto que la mina tenga gran cantidad de mano de obra, lo que sí da mano de obra es la primera etapa de construcción».
«25.000 millones de litros de agua al año”
De este modo, el diputado Godoy propuso que el Gobierno nacional participe con institutos específicos para que aportando tecnología eviten que se lleven lo que se extrae. “El litio es la minería de agua ya que se necesita gran cantidad de agua dulce para su extracción. Según de estimaciones de la misma empresa, para obtener una tonelada de litio se necesitan 30 mil litros de agua dulce. Que se adiciona a los 600 mil evaporados de la salmuera», explicó.
“Esto significa que para las 40 mil toneladas que se extraen anualmente. Según la Secretaría de Minería, se necesitan 25.000 millones de litros de agua”, expusó el legislador. Luego apuntó que en Argentina han desarrollado una base tecnológica para hacer una separación electroquímica pero a las empresas les parece muy caro. Por último, alertó que el impacto ambiental va a conducir a distintas formas de resistencia.
