SALTA (Redacción) – En este periodo donde el desencanto esta a la orden del día, la realidad es que los diferentes candidatos deben diseñar estrategias electorales innovadoras y que demuestren alguna diferencia con el resto de la clase política. Así Abel Cornejo, quien competirá por una banca en la Cámara de Diputados, habló sobre la actualidad política y reconoció que hay un hartazgo social.
Uno de los temas sobre los cuales se refirió fue sobre la reforma de la Carta Magna de la Provincia de Salta. No obstante, aún faltan hacer algún rediseño en las formas de ejercer el derecho. «Me parece un gran acierto la reforma Constitucional y que los concejales duren cuatro años en el cargo«, afirmó. Pero, también aclaró que «no le parece es que las prácticas y las costumbres sobre todo en el derecho una vez que se acaban todos los mecanismos hay que someterse a la costumbre que es el sorteo», expresó Cornejo.
En este sentido, advirtió que si se sigue a raja tabla las costumbres establecidas por la Constitución se termina generando una asimetría en las minorías. Planteó la necesidad de tener cuidado en ese aspecto. De este modo, el jurista, el ministro de Seguridad y ahora candidato a diputado provincial reflexionó sobre el armazón constitucional. Cornejo presentó su renuncia tempranamente porque quería ser intendente pero no tuvo apoyo.
El candidato admitió que es una campaña dura por el contexto económico
Los graves problemas económicos, la elevada inflación y los problemas macrosocial crea un clima de gran enojo y rechazo a la política. Por eso mismo, el candidato admitió que «hay un gran desencanto en la gente«. Sin embargo, también reconoció que «la política es una de las actividades más nobles del ser humano y un instrumento para cambiar la realidad pero el problema aparece cuando se hace un mal uso de la política que se vio reflejado en elecciones anteriores», sostuvo Cornejo.
Por último, el candidato a diputado expresó la necesidad de darle cada vez más lugar a los jóvenes. Dentro del espacio y el campo político es poco el margen que se les habilita para participar y cada vez sienten menos atracción por la vida pública. «Los jóvenes viven en el mundo de la inmediatez, esa es su realidad y no es ni bueno ni malo. Lo que pasó hace 72hs ya es viejo para ellos y es muy difícil comprender eso», finalizó Cornejo.
