SALTA (Redacción) – Ya han pasado dos meses desde que Javier Milei asumió como presidente de la Nación. El gran punto de crítica por parte del nuevo mandatario son los radicales y los gobernadores. Así y todo, una facción del partido centenario decidió acompañar a la fracasada Ley Ómnibus. Alberto Salim estuvo en un programa televisivo y habló sobre el presente del país.
El concejal radical mandato cumplido (MC) señaló que el Gobierno de Javier Milei no logra afianzarse aún. Buena parte de eso se explica por la forma impulsiva de manejarse y actuar, sin tener capacidad de diálogo ni de negociación. A su vez, Salim reconoció que efectivamente hay una crisis del sistema político y que el presidente saca provecho de esa situación.
Si bien es cierto que esta crisis de las identidades políticas no es nueva sino algo que viene de larga data. Salim puntualizó que el año 2001 fue el gran punto de quiebre y que todo esto se profundizó con las alianzas que se fueron forjando entorno a dirigentes y no a fuerzas políticas. «Las expectativas fueron para cualquier lado» y terminó debilitando la propia esencia de la política.
«Hoy podemos ver que hay dirigentes que salen con su partido, por un lado, por otro, pero lo hacen para negociar en el armado del frente», resumió. Para Salim todo eso termina desnaturalizando la base de la democracia y el sistema de representación. Así es que las fuerzas tradicionales deben jugar un papel de oposición para el exconcejal, en clara referencia al radicalismo.
El rol del partido centenario
Por lo tanto, para la Unión Cívica Radical ser oposición es un deber moral. Los ataques recibidos por partes del presidente es la mejor muestra de lo que representa. «Esto muestra su visión del Estado, que debe ser inexistente. Milei no cree en el republicanismo. Le falta el respeto a instituciones, a los partidos políticos, el Congreso y hasta la misma institución que él encabeza como es el Ejecutivo», concluyó Salim. En fin, recordó que al presidente lo eligieron para conducir los destinos del país, pero en las elecciones provinciales fueron un fracaso rotundo.
