SALTA (Redacción) – La división interna en la Unión Cívica Radical (UCR) es realmente inmensa. Desde aquellos que eligen ser colaboradores del Gobierno Nacional y seguir estrechando lazos con Mauricio Macri a los otros que plantean una postura totalmente disruptiva. En este último barco se encuentra Rubén Correa, quien busca quedarse con la presidencia del partido en la provincia.
En disidencia con el radicalismo provincial, aún conducido por Miguel Nanni, el docente universitario busca que la UCR vuelva a tener un papel protagónico en Salta. Correa aclaró que se le solicitó a Gerardo Manés, actual presidente del Comité Nacional, para que se discuta a continuidad o no del partido en Juntos por el Cambio. El referente del Comité Capital viene reclamando la ruptura con el PRO hace más de un año.
Por lo tanto, Correa aclaró que la UCR ya dejó de sentirse representada por Mauricio Macri. Según el referente radical salteño, el principal responsable de esta ruptura es nada más y nada menos que el propio expresidente que se subió al caballito libertario en las elecciones nacionales. Luego esgrimió las ya clásicas críticas en contra de Javier Milei.
No es el populismo, es el liberalismo
Al contrario de lo que expresa el presidente libertario, quien sostiene que los problemas nacionales surgieron con el populismo, Correa lo contradijo. «A Milei le encanta decir que la situación del país es el resultado de 100 años de políticas populistas desacertadas, pero en realidad fue por el desarrollo de 100 años de políticas conservadores liberales que comenzaron en el ’30, con el golpe a Irigoyen, que se prolongaron con el golpe a Perón del ‘55, y la privatización de los ’60 con Onganía», hizo un repaso histórico.
Dicho esto, advirtió que «la política de Javier Milei viene a coronar el postre de 100 años de políticas liberales conservadoras, que junto a los dos gobiernos de Menem y el de Macri, fueron los fracasos más grandes del país. Los tres cortes más graves para la democracia argentina«, relativizó. Por esto mismo, Correa insistió en que la UCR debe ser independiente del poder político de turno. «El desafío es volver a colocarnos como un interlocutor válido frente a un debate que necesita que exista un piso mínimo de partidos políticos, que tengan programa y que puedan acordar en el marco de la democracia y que tengan solidez», concluyó.
