SALTA (Redacción) – Los libertarios son de manual por más internas y disputas que tengan entre ellos. Destruir, desmoronar y socavar los existentes es una de sus principales particularidades. Alba Quintar también se sumó a la ola de candidatos violetas que solo quieren terminar y destruir todo lo asociado a la protección de las mujeres y de las políticas de género.
El comportamiento de los libertarios demuestra que suelen pecar de ingenuidad y muchas veces hasta hacen comentarios rimbombantes. La última declaración polémica que dijo es que cerrar la Secretaría de la Mujer de Salta ayudaría a combatir los femicidios. Lo más contradictorio de este planteo es que no es ese el área encargada de reducir los crímenes contra las mujeres.
Lo más grave de todo esto es el nivel de desconocimiento de una persona que quiere convertirse en legislador provincial. Nuevamente los libertarios truchos dan la nota no tanto por sus capacidades y cualidades sino por comentarios que rozan la ignorancia y el desconocimiento. Quintar ignora el funcionamiento básico del Estado y la gravedad que implicaría cerrar este órgano.
Antes que nada se debe remarcar que Quintar forma parte de los libertarios saenzistas, los devenidos oficialistas de toda la cancha. Acusar a los demás es una característica clave y una forma de hacer política que ellos tienen. Según la candidata, el problema es que hay muchos organismos del Estado que están duplicados. Aunque cuando se les consultó cuáles eran no supo contestar.
El rol de la Secretaría de la Mujer
Por lo tanto, volver a recordar el rol de la Secretaría de la Mujer es fundamental porque se encarga de articular políticas públicas, brindar capacitación institucional, acompañamiento a víctimas y producción estadística esenciales para intervenir eficazmente. A su vez, se trata de un avance de gran importancia en derechos humanos sino que también es un espacio institucional para visibilizar y combatir una de las formas más extremas de violencia: el femicidio.
En definitiva, si se cierra la Secretaría de las Mujeres se contaría con un organismo menos y quedarían totalmente desprotegidas. Sin un ente especializado, la capacidad del Estado para detectar señales tempranas, brindar refugio, atención legal y psicológica, y coordinar acciones con fuerzas de seguridad se vería gravemente limitada. La prevención requiere presencia, no ausencia.
