La reciente condena ratificada por la Corte Suprema contra Cristina Kirchner generó un fuerte impacto político, y uno de los primeros en pronunciarse fue Alfredo Olmedo. Fiel a su estilo directo, el exdiputado afirmó: “Yo doy por terminado al kirchnerismo, más con la señora presa”. Para el dirigente salteño, este fallo representa un “punto de inflexión histórico” en la política nacional.
La exmandataria fue sentenciada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, por corrupción en la causa Vialidad. Aunque no irá inmediatamente a prisión, la resolución judicial ya tiene efectos políticos que se hacen sentir incluso a nivel provincial.
En una entrevista concedida a Alta Política, Olmedo insistió en que la Argentina atraviesa una “revolución cultural sin armas”, liderada por Javier Milei, a quien definió como “el presidente que está cambiando la historia sin tirar un solo tiro”. Según su análisis, la casta política está “dándose cuenta de que se acabó el juego del poder sin rendición de cuentas”.
El dirigente salteño, que en reiteradas ocasiones se expresó en contra del kirchnerismo, sostuvo que la Justicia “por fin reaccionó”, y que ahora el pueblo “tiene esperanza”. Para Olmedo, la condena a Cristina “es el símbolo del fin de una era de impunidad y privilegios”.
Este posicionamiento se suma a otros pronunciamientos que celebran la decisión judicial. Distintos actores del oficialismo libertario ven en el fallo un espaldarazo a su discurso de transparencia y renovación institucional. La noticia también generó reacciones en redes sociales, donde la frase “Cristina condenada” fue tendencia nacional.
La sentencia se refiere al direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Se calcula que se desviaron más de $46.000 millones en contratos irregulares, beneficiando al empresario Lázaro Báez, socio del entorno presidencial.
Aunque la vicepresidenta afirmó que no se presentará a elecciones, muchos analistas consideran que este fallo sella su retiro definitivo de la política activa, un escenario que el peronismo aún digiere.
Olmedo, por su parte, concluyó que “la historia argentina empieza a dar vuelta la página. El futuro ya no pasa por el pasado. Es tiempo de una dirigencia nueva, sin privilegios ni fueros”.
