Gustavo Sáenz volvió a marcarle la cancha al Gobierno nacional. Esta vez, con un mensaje directo: si no hay federalismo real, las provincias quedarán “muy complicadas”. El gobernador de Salta apuntó a la falta de fondos para obras públicas y alertó por la caída en la coparticipación, que ya afecta áreas clave como salud, educación y seguridad.
La advertencia se dio en un contexto cada vez más tenso con la Casa Rosada. Según Gustavo Sáenz, la mayoría de las obras continúan “a paso lento” porque cada mes los mandatarios deben gestionar pagos ante Nación. Incluso mencionó proyectos clave como el puente de Vaqueros o la ruta 9/34, que dependen de certificados que no siempre se cancelan a tiempo.
La caída del consumo, sumada a un freno en el empleo, complica aún más el escenario. Aunque reconoció que la inflación bajó, dijo que eso no se refleja en la economía real de las provincias. “La gente no llega a fin de mes”, aseguró el mandatario, que ya prepara un frente común con otros gobernadores para exigir respuestas concretas.
En plena conmemoración de Martín Miguel de Güemes, Sáenz no evitó el tono político. Remarcó que no se trata de pedir privilegios, sino de garantizar condiciones mínimas para que las provincias puedan sostenerse. “Las obras no son para los gobernadores, son para la gente”, disparó.
El malestar se centra en el reparto de fondos y el impacto de las decisiones nacionales en la vida cotidiana de los salteños. La coparticipación, eje del debate, cayó de forma significativa y condiciona los presupuestos locales. Según Sáenz, la situación es insostenible si no se toman medidas urgentes.
Desde el entorno del gobernador ya se habla de una cumbre con otros mandatarios. El objetivo: un planteo conjunto para que se respete el espíritu del Pacto de Mayo, al que muchos adhirieron, pero que hoy luce más simbólico que real.
