SALTA (Redacción) – El colegio secundario N° 5040 de Orán presentó en Tecnópolis el proyecto «Chicos zombies en las calles, bancos vacíos en las escuelas». En la investigación realizada por un grupo de estudiantes oranense, se pudo saber que niños de 8 años se inician en las drogas, y como consecuencia abandonan el sistema escolar.
La directora del proyecto, Ramona Rosana Méndez, lamentó que en su ciudad la venta de droga sea considerada «un trabajo más». Además, comentó que el jurado que los evaluó en la Feria de Tecnopolis, quedó atónito ante los resultados obtenidos, y la desidia del Estado para combatir el flagelo en la ciudad norteña.
El proyecto “Chicos zombies en las calles, bancos vacíos en las escuelas”, producidos por estudiantes de secundarios de Orán, alcanzó la instancia final en la Feria de Ciencias de Salta. Allí se expuso la alarmante situación, de menores sumidos en el consumo de drogas peligrosas. Siendo esto, un factor decisivo para el abandono de los estudios primarios y secundarios.
Las conclusiones indican que el consumo de estupefacientes se inicia a los 8 años. Sin embargo en el estudio de campo, realizado por estudiantes del colegio N° 5040 de Orán, se advierte un alto índice de uso de drogas, en adolescente de entre 11 y 12 años.
Otro de los resultados preocupantes tiene que ver con que la gran mayoría conoce cuáles son las 18 bocas de expendio y quiénes venden. No obstante, al ser zona de frontera no cuentan con las herramientas para frenarlo, incluso se lo considera un trabajo más.
Méndez explicó que este trabajo de investigación sirve para visibilizar la discriminación que la discriminación que sufren los niños adictos. «La droga de mayor consumo entre los menores, es el paco. Nadie quiere hacerse cargo de estos chicos, pero nuestro colegio los ayuda, a pesar que no contamos con un gabinete psicopedagógico».
Pequeños investigadores y gran ayuda
Nazarena, es una de las estudiantes que contribuyó en la investigación de las adicciones que sufren su propios compañeros. La estudiante lamento que estos chicos, sean excluidos del núcleo familiar, y que a su vez se los exponga a situación de calle.
En esta línea sostuvo que el proyecto tuvo dos etapas: «dimos a conocer estos hechos que afectan a muchos de mis compañeros. Pero también se propuso capacitaciones como talleres, para ayudar a los chicos regresar al colegio y se alejen de las drogas», afirmó Nazarena.
Por último, la alumna e investigadora Nazarena, remarcó que para este proceso de recuperación es fundamental el apoyo del entorno familiar. «Los chicos no pueden salir del problema, si las familias los excluye por miedo o desconocimiento».
