SOCIEDAD

Los peligrosos efectos de la cuarentena: ¿Qué está haciendo el gobierno para contenerlos?

Compartimos con nuestros lectores la columna del prestigioso columnista Ernesto Bisceglia

El Presidente Alberto Fernández decidió extender la cuarentena obligatoria - Twitter de Alberto Fernández

SALTA (Ernesto Bisceglia) – La cuarentena produce efectos psicológicos que no estarían siendo evaluados por los gobiernos. El tema no es menor ya que las consecuencias podrían prolongarse durante meses o años: Estrés postraumático, depresión, insomnio y ansiedad son los problemas más experimentados por el largo confinamiento.

La falta de una fecha cierta para el término de la cuarentena y la amenaza flotante de que se prolongará comienza a colocar a muchas personas en niveles de riesgo por los problemas psicológicos derivados de la situación. Según los especialistas una mayor duración de la cuarentena se asocia con una peor salud mental.

Las primas conductas apreciables suelen ser la irritabilidad, el temor al contagio, un sentimiento de frustración por la pérdida de la rutina habitual y la imposibilidad de satisfacer necesidades básicas.

Si bien el mundo virtual ha llegado para quedarse y las relaciones sociales, académicas y laborales se realizan por Internet, la ausencia del contacto físico genera angustia y enfado que se acentúan después de los cien días de vida en claustro.

La desconfianza social

Mientras más se alarga la cuarentena, todas estas sensaciones junto a una creciente desconfianza en la veracidad del relato oficial generan una ansiedad social; las personas comienza a sentir que la información es segmentada o encubre otra realidad lo cual es un factor estresante porque crece la sensación de que “nos están manejando” y se presume que el propósito de la cuarentena no es tanto la protección contra el coronavirus sino algún supuesto manejo social.

Se instala el rumor de que están “amansando” a la población, ya que se sabe que luego de 21 días de repetir un acto, éste se convierte en hábito. Aquí es donde radica lo peligroso de tener funcionarios incapaces para informar en materia de salud pública ya que el público comienza a advertir la falta de coordinación y claridad en quienes manejan la situación sanitaria y se instala así el descontento con el gobierno porque el común comienza a temer lo peor.

La fatal economía

Ese estrés social se va generalizando a medida que pasa el tiempo y cada vez más personas pierden su empleo o no saben cómo serán las condiciones si logran retornar. Mientras tanto el deterioro financiero afecta a todos los niveles, desde el cuentapropista hasta el profesional y las Pymes instalando la angustia socioeconómica que es uno de los factores que más afecta a la psiquis de los individuos provocando ansiedad, ira y en casos de máxima una angustia que puede terminar en el suicidio.

Siendo que el sector más afectado es el de menores ingresos, es donde el estrés postraumático y los síntomas depresivos ganan mayor terreno, pero además como suele suceder que son los menos alcanzados por la educación, se conforman los grupos de opinión que utilizan los agitadores para movilizar saqueos y violencia social. Los especialistas aconsejan ayudas económicas extras del gobierno –como se está haciendo-, pero sin embargo son paliativos temporales ante un problema social mayor.

Denunciar es gobernar

La estigmatización es un arma encubierta de dominación, la propuso con toda desfachatez el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales con su intento de fajar las casas e invitar a la delación de los señalados como infectados.

El gobierno a son de cuidar a la población genera un ambiente de temor que lleva como en los tiempos de la Inquisición a denunciar reuniones o salidas de vecinos de forma anónima con el concurso de la policía. Los que han sido puestos en cuarentena asumen que se los trata diferente, son evitados, se les retiran invitaciones sociales, el miedo y la sospecha cae sobre ellos. Se rompe el principio de igualdad porque pueden hasta llegar a perder sus trabajos o en el colmo de la alienación atacar sus viviendas.

Pensar lo que viene

Por ahora, en la Argentina son casi dos meses los que van de cuarentena con liberaciones temporales y parciales, pero no se observa que la contención psicológica esté presente como política de Estado nacional ni provincial. En Salta, si bien se han tomado todas las previsiones para evitar la llegada y difusión del virus, existe una ausencia en cuanto al acompañamiento y solución de estos problemas que probablemente surjan mientras más se extienda el confinamiento.

Se podrá atribuir a la sorpresa de la pandemia, pero también es verdad decir que la ausencia de estas políticas se deba también a la ausencia de funcionarios capacitados… o capaces.

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