Connect with us

Hola, ¿Qué estás buscando?

Salta 4400

SOCIEDAD

La pandemia de la unidad nacional

Compartimos con nuestros lectores una columna del prestigioso periodista Ernesto Bisceglia

Se sumaron vuelos para repatriar argentinos por el coronavirus.
Se sumaron vuelos para repatriar argentinos por el coronavirus.

SALTA (Ernesto Bisceglia) – Los últimos años fueron para los argentinos una experiencia destructiva donde la política de estado más utilizada fue aquella del “Divide et Impera”, siendo que la grieta no puede ser el camino de ningún país civilizado.

Ninguna política que divida construye una nación previsible porque nadie puede esperar de ese pueblo consensos que lleven a una política sustentable. La experiencia política que vino desarrollándose hasta ahora llevaba a la nación al desbarrancamiento social donde dos grandes conglomerados de población se enfrentaban de manera irreductible, teniendo en el medio una multiplicidad de colectivos que contribuían a generar una mayor disgregación.

Si bien las divisiones forman parte de la genética argentina en un país que pasó desde las velas en las calles del siglo XIX a la inmediatez virtual del Internet, sin embargo, lejos de pensar en que el desarrollo podría haber contribuido a la cohesión de la sociedad, la división –la grieta- terminó convirtiéndose en el signo y en el sino de los argentinos.

La pandemia de COVID-19 –al margen de todas las consideraciones que le caben a esta tragedia para la humanidad- vino a ser para la Argentina un fenómeno letárgico de las pasiones encontradas y una oportunidad histórica para el reencuentro. No es la utopía del “País de Nunca Jamás”, sino el ejercicio del criterio para descifrar los códigos de la empatía, de la divergencia sin violencia, de la pluralidad sin exclusión, de la tolerancia que enriquece frente al totalitarismo de la opinión única.

Después de doscientos años la realidad vuelve a poner a los argentinos frente a un enemigo común, un invasor extranjero que viene por todos y con el agravante de que es invisible. Si hasta aquí la política de la división proponía a propios contra ajenos, el COVID-19 no reconoce “planeros” de empresarios, militantes de jubilados ni zurdos de fachos. Aquí se mueren todos.

De pronto, un presidente al que medio país había reducido a “Albertítere”, emerge como un conductor en la crisis alejándose del cono de sombra en que el kirchnerismo lo ahogaba, al tiempo que la “Jefa” de ese espacio, Cristina Fernández abandona el país rumbo a la Meca marxista por razones familiares mientras el país y sus votantes en particular quedaban expuestos a la muerte.

No sólo eso, las Redes sociales receptan el pedido cada vez más nutrido de miles de argentinos que le piden al presidente que movilice al Ejército a las calles, un fenómeno imposible siquiera de imaginar hasta hoy, mientras las Fuerzas de Seguridad toman el control de las ciudades arreando literalmente a los indolentes que no comprenden la gravedad de la situación.

Es de pensar que el paso de esta pandemia por el país deje huellas indelebles, no las de la muerte masiva sino las del valor de la unidad como valor más alto; aquella que consolidó a los pueblos salto-jujeño y altoperuano en tiempos de la Independencia, unificando razas, clases sociales e intereses en pos de un objetivo común, la libertad, uno de los derechos fundamentales del individuo. Hoy, la hora reclama ese mismo compromiso para preservar el derecho fundamental más elevado, el de la vida.

Tal vez, cuando la pandemia sea vencida con el esfuerzo conjunto de gobierno y ciudadanos, los argentinos hayan podido hacer realidad en los hechos aquel precepto que dicta el Préambulo de la Constitución Nacional: el de poder “Constituir la unión nacional”.-

Síguenos en Facebook

Todos los derechos reservados - © 2023 - Salta4400.com - Salta, Argentina