SALTA (Redacción) – Aunque hay más rubros exceptuados del aislamiento social preventivo y obligatorio en la capital, el impacto de las problemáticas que padecen diariamente miles de salteños es cada vez fuerte. En este contexto, reabrieron las ferias en medio de la crisis, pero admitieron que «la gente ingresa con preocupación«. Igualmente, uno de los referentes del sector, Juan Benítez, destacó que los vecinos manifestaron su felicidad por la reapertura de los puestos.
De acuerdo con lo que consigna la FM 90.1, Benítez reconoció que durante varias semanas negociaron el retorno a las actividades con los funcionarios municipales. A raíz de ello, valoró que las ferias americanas de la ciudad de Salta hayan podido volver a trabajar durante el pasado fin de semana. Asimismo, el dirigente destacó que todos los trabajadores deben respetar los protocolos sanitarios para evitar la proliferación del coronavirus.
Según publica la agencia de noticias DDN, estos espacios únicamente tienen permiso para funcionar de viernes a lunes, de 10 a 20. Además, precisó que por el momento solo les brindaron habilitación a las ferias de Castañares, la Saladita y la Tavella. También, proclamó que ninguna persona puede atender a los vecinos sin tener puesto su respectivo barbijo o tapabocas. Finalmente, enfatizó en que obligatoriamente se debe mantener el distanciamiento social.
Feriantes en crisis
Días atrás, los feriantes de la capital habían denunciado las problemáticas económicas que afectan a decenas de familias que dependen del rubro. Al respecto, la referente de la feria Saladita, Hilda Silva, había alertado a las autoridades provinciales que «la fuente de trabajo va a ir desapareciendo». A su vez, había apuntado que la paralización laboral ya había puesto en jaque a numerosos trabajadores. «Una vez que volvamos y nos pongamos al día las deudas, posiblemente se retiren», pronunció.
En tanto, Silva había confesado que la incertidumbre por el incesante avance del coronavirus había provocado «temor» en el sector. Por eso, había exclamado que los feriantes «no tienen mercaderías; otros no pueden pagar las deudas; y otros que tienen que pagar las deudas y continuar». «Son gente que trabaja el día a día y no tiene ayuda de otro lado, así que estamos subsistiendo. Hay un miedo que desborda la feria», alertó. Finalmente, había comentado que esta situación afecta a las «60, 70 familias».