SALTA (Redacción) – Un grupo de vecinos se movilizaron para pedirle al Ejecutivo provincial que cumpla sus reclamos habitacionales. En este contexto, 160 familias le reclaman al IPV y al Gobierno de Salta que les entreguen sus viviendas. Al respecto, mencionaron que les habían informado que los inmuebles están listos desde diciembre. «Vemos que todo el barrio sigue avanzando menos la etapa que estaba lista para entregar», apuntaron.
En diálogo exclusivo con SALTA4400, los damnificados explicaron por qué llevaron a cabo una protesta el pasado viernes a la mañana en la puerta del Instituto Provincial de la Vivienda. Al respecto, indicaron que representan a los beneficiarios del barrio Pereyra Rosas Etapa 2 y 4. A manera de cronología, expusieron: «Fuimos citados la semana anterior a que se fuera el gobernador Juan Manuel Urtubey para firmar los papeles de la entrega de las casas, que se iba hacer el sábado 8 de diciembre».
Sin embargo, indicaron que el viernes 7 les comunicaron que el acto «pasaba para el siguiente gobierno». «Esperamos unos días y nos acercamos de nuevo a las oficinas del IPV. Nos respondieron que teníamos que esperar a que las autoridades se acomoden», señalaron. De esta manera, contaron habían regresado a la dependencia en enero, febrero y marzo. «Nos dijeron que por un tema de Infraestructura no se iban a entregar las casas. No entendíamos cómo en diciembre estaban listas para ser entregadas y en marzo no», afirmaron.
Protesta en el IPV
Posteriormente, los damnificados aludieron que desde ese momento no habían regresado a las oficinas «por la pandemia». «Pero sí nos comunicamos por la página del IPV y llamamos para pedir turno», agregaron. Sin embargo, sostuvieron que no pueden acceder al sistema de citas, ya que «evidentemente están programados para atender otras cuestiones». «Después llámanos por teléfono y nos piden los números para devolvernos las llamadas, pero tampoco nadie se comunica», lamentaron.
Incluso, los beneficiarios denunciaron que no fueron bien recibidos el personal del Instituto. «Las veces que vinimos al IPV pudimos hablar con la encargada del barrio y dos ingenieros. Uno que nos trató bien, y el otro prácticamente nos maltrató», relataron. De esa manera, remarcaron: «Todavía nadie nos recibió. Nadie nos da respuesta, y no nos quedan otras opciones que acercarnos y venir a ver quién nos puede atender», aseguraron.
