SALTA (Redacción) – Este sábado un espacio tradicional en la capital salteña como lo es la Unión Sirio Libanesa cumple 100 años desde que se instaló en la región. Esteban Dagum, Presidente de la Sirio Libanesa, dialogó con Salta 4400. “100 años es un orgullo para nosotros y una gran responsabilidad. Nosotros tenemos pensado realizar grandes festejos este año”, subrayó el mismo.
Si bien la pandemia resultó un escenario extraordinario y limitante, eso no restringió los ánimos y las ganas de celebrar de los socios. “Es difícil en esta situación. El año pasado fuimos a Buenos Aires en una entrega cultural de premios a difundir y promocionar Salta para lo que iban a ser estos 100 años. Las provincias habían comprometido su presencia. No lo pudimos hacer y van a quedar postergados para fin de año o el año que viene, ojalá”, adelantó Dagum.
Celebraciones virtuales
Asimismo, aclaró que en forma conjunta con la municipalidad y el gobierno de Salta, darán a conocer esta fecha a la comunidad “siempre respetando las medidas de precaución y distanciamiento”. Dagum contó que “la plaza Árabe ubicada en Tres Cerritos, ha sido intervenida con una frase en árabe y en castellano. “Las cosas no valen por lo que duran, sino por las huellas que dejan”, subrayó.
La frase en cuestión resume el espíritu de la institución y su misión a lo largo de la historia. Como bien dicen, Argentina es un país de inmigrantes, forjado por ellos. “Creemos que esto sintetiza el trabajo de nuestros abuelos y padres al animarse a construir una familia, un comercio, consolidarse en el plano profesional y lograron edificar lo que es un edificio que forma parte del casco histórico de Salta”, recordó.
En esta línea, a partir de las 19 horas podremos apreciar a través de redes sociales diferentes manifestaciones. Es el caso de un estandarte con la bandera de Siria y Líbano frente del club. A su vez, la municipalidad va a iluminar el Frente de la Sirio Libanesa de Salta con la bandera Argentina. Se trata de un homenaje al pueblo argentino que le abrió los brazos a los inmigrantes árabes. “Es un orgullo para nosotros el homenaje permanente a todo el pueblo salteño”, agregó Dagum.
Desempolvando la historia
Dagum contó que en la primera gran oleada inmigratoria, vinieron árabes “turcos”, españoles e italianos desde 1880 hasta 1920. Los mismos llegaban al puerto de Buenos Aires. Allí eran hospedados en el hotel de inmigrantes y durante una o dos semanas, se les daba hospedaje, comida y la persona que llegaba tenía que salir a buscar trabajo. Muchos se quedaron en Buenos Aires y otros tantos, casi un 30% de esa masa, decidieron ir al noroeste argentino.
“Ellos conocían que existía la posibilidad de trabajar la tierra apta para la agricultura, ganadería, el comercio que era lo que sabían hacer”, expresó Dagum. Asimismo, explicó que “muchos de ellos se vinieron a Salta Capital y el interior, Jujuy, San Salvador y Pampa Blanca y de a poco fueron los vendedores ambulantes. Tenían baratijas, peines, jabones, artículos necesarios para el hogar. Así se fueron consolidando, fueron trayendo a hermanos, de a poco a toda la familia, siempre se ayudaron entre los mismos miembros de la colectividad libanesa”.
“Ellos necesitaban reunirse para poder hablar el idioma árabe y lo hacían en las casas particulares, pero querían tener un lugar distinto al de los domicilios y entonces, decidieron tener una sede. Primero alquilaron un local en Urquiza e Ituzaingo, otra en Alvarado y Florida y se decidieron por la última, que era una esquina tradicional de Salta”, profundizó. Finalmente, cuando decidieron constituirse fue un acto formal, eran 14 personas y se realizó en el hotel salteño, el 11 de julio de 1920.
En noviembre del mismo año, presentaron papeles al ejecutivo provincial para obtener la personería jurídica y así fue. Luego decidieron tener un local propio. Entonces, empezaron a reunir fondos y se enteraron que en calle Corrientes, lo que hoy es la avenida San Martin había una señorita de apellido Quiroz, que quería vender el terreno. Una comisión de esos 14 miembros fundadores la visitaron. No había nada que pensar, sólo tenían que reunir 9 mil pesos de aquel entonces.
La solidaridad como materia prima
“Hicieron colecta en Buenos Aires, Embarcación y con una rifa llegaron a pagar el terreno; compraron pero había una precaria edificación, así que hicieron los estudios para edificar otra parte. A los años pudieron levantar parte de lo que es hoy el sirio libanés de Salta”, reveló Esteban. También nos contó que tras alcanzar esta victoria, continuaron adquiriendo más terrenos lindantes para poder sumar más actividades.
“Así fue que pudieron comprar la parte de atrás y construyeron lo que hoy están totalmente utilizables las canchas de tenis, que fue una de las primeras en Salta. Fue el segundo club que inicio el tenis. A través de rifas, sortearon un auto (un Ford con encendido eléctrico) y el segundo premio era una máquina de escribir. Juntaron buen dinero y así iban sorteando autos a través de rifas. Uno premio que se sumó también fue una bicicleta marca Bianchi y así fueron edificando”, aseguró.
De esta manera, sin prisa pero sin pausa, iban construyendo el edificio y ayudaban a sus miembros de la colectividad, después a los que iban llegando y no tenían donde hospedarse. La solidaridad primo desde un inicio. “Por ese motivo, en 1952, el gobierno se entera de la obra benéfica y propulsa a través del gobierno, que una de las calles lleve el nombre de uno de esos países y decidieron que la Plaza Alvarado, una de las calles se llame República árabe de siria y así fue”, remarcó Dagum.
“Es un orgullo para nosotros los que hoy nos toca representar y dirigir los destinos de la Sirio Libanesa a pesar de que estamos en una etapa mundial que nos cambió la vida a todos. El sirio está sufriendo la crisis de los clubes, pero no por eso no vamos a dejar de recordar, de modo austero y en un acto muy formal. Serán homenajes a los primeros fundadores que son los notables de nuestra institución, esas 14 personas”, adelantó Dagum.
“Y también en agradecimiento al pueblo argentino, salteño que les abrió los brazos, que siempre los cobijó”, destacó.
Un presente restringido pero con la esperanza a bordo
Actualmente la Sirio Libanesa cuenta aproximadamente con 200 socios activos que pagan una cuota muy reducida. Por estos días, sólo funcionan tenis, natación y danzas árabes. “Tenemos el problema que no tenemos casi actividad, mas con este endurecimiento de las medidas que creo que son acertadas. Tenemos que siempre velar por la salud de la población”, explicó.
Paralelamente, los predios de zona norte de fútbol 5 están cancelados y el Bingo de La Liga sigue en pie. “Esto nos ayudó de forma conjunta. El presidente de Enresa, ven la posibilidad de organizar un bingo de la colectividad. Nos hemos unido la colectividad española, italiana y árabes para organizar en octubre el bingo de las colectividades. Eso nos va a permitir salir o respirar de esta angustiante situación económica de los clubes”, concluyó.