SALTA (Redacción) – Si la pandemia nos resultó larga y buena parte del año parece estar perdida, ni hablar de lo que resta para el día después de mañana. En el caso del turismo, el sector no es una excepción a la regla de la crisis. De hecho, Bernardo Racedo Aragón, Coordinador de Planificación y Control de Gestión de la Municipalidad de Salta, advirtió sobre las proyecciones que rigen para la actividad turística.
En una entrevista brindada a Fm 89.9, Aragón expresó que la recuperación del turismo a los niveles previos a la pandemia de coronavirus demandará al menos 36 meses. En este sentido, Racedo Aragón estimó que la recuperación de la actividad comenzará cuando se reanude el transporte de larga distancia. Por ello, estimó que para recuperar los niveles previos a la pandemia habrá que armarse de paciencia y esperar largos meses de trabajo.
Si bien se han aprobado leyes de emergencia turística en Salta y también a nivel nacional, los referentes y trabajadores del sector manifestaron que las mismas no son suficientes ni responden de manera inmediata a las problemáticas que los caracterizan por estos días. Está claro que hay problemas que precisan de respuestas urgentes y medidas a corto plazo que permitan paliar la crisis. Sin embargo, el retorno integral del turismo todavía tiene para rato.
Una problemática, dos soluciones
Por su parte, Racedo Aragón opinó que habrá dos factores clave para lograr que el turismo vuelva a la normalidad.
El primero es el trabajo conjunto entre el sector público y privado. En ese sentido recordó que cuando Salta salió de la crisis que provocó el cólera, lo hizo con el sector público y el privado en forma conjunta. Sí, las dos parte de una grieta importante en la actualidad. Por este motivo, hizo foco en la importancia del sector empresario, que siempre sabe dónde está la inversión oportuna en cada caso, en toda la cadena de valor del turismo.
El segundo factor clave, en su opinión, es la convicción del Gobierno de apoyar económicamente a las empresas que quieran invertir y producir. Según explicó, cuando se reactive la actividad no todos van a estar en condiciones de abrir, y a lo largo de esos 36 meses debería haber aperturas graduales a medida que aumente la demanda. En esta línea, advirtió cuál sería el riesgo más importante: si abren todos desde el principio, con poca demanda, todos van a terminar fundidos.