SALTA (Redacción) – La remisera Veronica Gómez relató a SALTA4400 la situación que padeció mientras tenía síntomas de Covid-19 ya que recorrió varios centros de Salud hasta obtener atención médica. En tanto, contó que recurrió a la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) porque no la dejan volver a trabajar en la remisería. Desde la entidad le dijeron que no pueden hacer nada y que debería iniciar acciones legales contra la empresa. Por otra parte, reveló que solicitó una audiencia con el Gobernador.
Sin respuestas de AMT
De esta manera, Gómez explicó que es propietaria y conductora de un móvil de «Remises Terminal». Este viernes fue a la AMT y la recibió Gustavo Serralta. «Hablando con él para ver como podíamos hacer y buscar una solución a todo esto y me dijo que la semana pasada se reunió con los dueños de la remisera ‘La termina’. Y ya les dijo que no podía dar de baja el contrato porque no le iban a autorizar la baja», señaló. Allí indicó: «Se vence el contrato hasta el 10. Él dijo que lo iba a hacer, pero como él no lo hizo, por eso yo sigo insistiendo por parte de la AMT».
«Gustavo Serralta me dijo que si él no dice nada, nosotros tampoco podemos hacer nada, porque es una empresa privada», lamentó la remisera . En el mismo sentido, contó: «Dijo que me fije yo de iniciar una demanda por daños y prejuicios, denuncia legal, porque de parte de la AMT no pueden hacer nada». Por otro lado, se le consultó su estado de Salud ya que le impidió trabajar. «En estos momentos, cuando yo buscaba medico fui a varios lugares, me sentía mal y no logre ser atendida por nadie», señaló Gómez.
Idas y vueltas y un protocolo sanitario
«Hasta que en el hospital del Milagro me atendieron y gracias a Dios no fue covid, fue una gripe fuerte, una con los síntomas que tenía en esos momentos. Me asusté mucho», agregó. «Primero llame al 911 y me derivaron al Papa Francisco. Ahí no me atendieron, me mandaron al centro de salud de Solidaridad y tampoco logre ser atendida. Me fui a la salita de San Francisco Solano y al tener fiebre no me atendían», comentó sobre su situación.
«Me fui al IMAC no me atendieron. Después fui a la salita que está al lado del Hospital del Milagro y tampoco me quisieron atender. Luego al hospital del Milagro que no me fui de ahí. En ese momento el Papa Francisco tenían las puertas trabadas, con bancas». Cuando la recibieron el hospital del Milagro tenía cerca de 41.6 grados de fiebre «así que lo primero que me hicieron fue una dipirona para que baje».
Sobre cómo fue su recorrido, Veronica comentó a SALTA400: «En un comienzo me manejé sola yo manejando. Pero cuando ya fui al hospital del Milagro, llamé a un compañero mío del remis y le dije que estaba muy mal y me llevó». «Cuando vuelvo el lunes a la mañana al hospital, como no me querían atender, pedí hablar con el Dr. Esteban y cuando él me vio activo el protocolo porque me vio mal», señaló pero finalmente no tenía coronavirus.
No puede trabajar y la acusan por amenazas
«Tengo que ver, de hacer una denuncia por daños y prejuicio, porque si la AMT que es autoridad no puede hacer nada», apuntó sobre su situación. Cabe recordar que ahora la agencia de remis no le permite volver a trabajar. «Intente hablar de muchas formas con el dueño de la remisera, José Farfán, pero nunca lo puedo encontrar. Desde marzo que no puedo hablar, nunca hay nadie para recibirme», denunció.
Allí apuntó: «Ayer había convocado a una reunión y yo me entero después de la reunión por mis compañeros. Pero a mí no me convocaron, porque dice que en estos últimos días habían estado recibiendo amenazas, tanto choferes como propietarios y operadores». «Amenazas por teléfono y me acusaron a mí que soy yo la de las amenazas. Pero no soy yo», aclaró. «También fui al Grandbourg y pedí una audiencia con el gobernador. El miércoles que viene debo llamar por teléfono para ver si tengo novedad sobre esto, ya sea con el gobernador o con el ministro Villada», concluyó.