SALTA (Redacción) – Otra triste noticia deja en evidencia la inconsciencia de algunos salteños durante este marco epidemiológico. Se trata de un paciente, quien dio positivo a los testeos y se encontraba aislado en la localidad de Cerrillos. Sin embargo, en un momento decidió escapar, sin importarle los protocolos dictaminados por el Ministerio de Salud provincia, y durante su travesía contagio de COVID-19 a un anciano de 93 años.
Esta noticia la dio a conocer la gerente del Hospital de Campo Quijano, Débora López. Durante el anuncio, la profesional de la salud informó que en El Encón se registraron dos nuevos casos positivos de COVID-19 y que uno de ellos era un abuelo de edad avanzada. Sobre eso, detalló que se trató de un contagio producido por una persona infectada que se escapó del aislamiento y viajó a esa localidad, donde terminó contagiando al anciano.
La gerente del hospital detalló que la situación del abuelo estaba complicada debido a su avanzada edad. Según declaró, el anciano se encontraba con dificultad para respirar, por lo que tuvieron que trasladarlo a otro hospital para un mejor cuidado de su salud. Actualmente, esta persona está internada en el Hospital Papa Francisco, en la capital de la provincia.
Incumplimiento de las medidas sanitarias
El incumplimiento de las medidas sanitarias dictaminadas por la cartera sanitaria provincial, es moneda corriente en Salta. Esto se vio reflejado en el comportamiento de las personas durante el último tiempo. Si bien implementaron varias restricciones para cuidar a la población, la misma sociedad es la que incumple dichas normativas y vulnera su estado de salud. Reuniones en las plazas y parques, falta de barbijos y el incumplimiento del distanciamiento son solo algunas de las acciones que ponen en riesgo a todos.
De la misma forma ocurre con las reuniones sociales, las cuales están totalmente prohibidas, pero siguen realizándose en varias localidades de forma clandestina. Durante el último fin de semana, se clausuraron 9 fiestas ilegales, las cuales se desarrollaban en barrios de Salta Capital, Metán, Tartagal, y Joaquín V. González. Ante esta situación, se labraron una gran cantidad de multas, tanto para los anfitriones como para las personas que asistían.