SALTA (Redacción) – Luego de la manifestación en plena rotonda de Limache, las familias que conviven en los asentamientos siguen a la espera de algún atisbo de diálogo y/o solución. Si bien la jornada ofuscó a toda la comunidad tras acomplejar el tránsito y generar disturbios en la vía pública, las autoridades parecen hacer la vista gorda ante tamaña problemática librada al azar en plena pandemia.
En diálogo con Salta 4400, José quien es referente de los asentamientos, comentó que no obtuvieron ninguna respuesta. “Estamos a la espera de algún funcionario público de la parte de Sáenz o de Bettina Romero. La intendenta la verdad que es un cero a la izquierda porque hasta el momento no se tomó la molestia de mandar a nadie. Ella en su campaña política dijo que ella peleaba por las mujeres y me hubiese gustado que se acerque pelee por las mujeres que hay aquí”, analizó José.
La relación con los vecinos que juntan firmas para desalojarlos
Luego de más 150 días, aún no tienen respuesta y continúan en situación de calle con todo lo que eso implica en un contexto extraordinario como el de la pandemia. Consultado al respecto de la convivencia con los vecinos de la zona, aseguró que no tienen mucha relación y que sólo se saludan si se cruzan. “Tratamos de no molestar a los vecinos”, aclaró José.
En relación a sus necesidades básicas, comentó que a veces salen a buscar agua de algún familiar y la llevan en carros. “Aquí tenemos dos vecinos que nos ayudan, un negocio y la señora a la que le arreglamos la cañería. Aquí tenemos seguridad toda la noche las 24 horas y entra solo la gente que está en cada lista del sector”, profundizó. Sin embargo, los vecinos también dan cuenta de algunas irregularidades.
Denuncias por violencia
De hecho, algunos vecinos ya empezaron a juntar firmas para pedir el desalojo de las familias asentadas allí y estipulaban salir a las calles con este reclamo como bandera. Consultado al respecto de las múltiples en contra de los asentamientos, José explicó lo ocurrido. “Lo que pasó es que mi hermano no está en el asentamiento, hace más de un mes y medio que no viene. Nosotros vemos que viene gente de afuera a robar, se dan maña y dan nombres que están en las listas”, advirtió.
“Nosotros ya habíamos levantado esa carpa y la habíamos guardado en el merendero, para que no se robe y no se pierda nada. Se les avisa que se levantó la carpa, vino el hermano a pedir un colchón y las carpas y el hermano era el propietario. Cómo no le quisieron dar las cosas y apuñaló a un compañero. Nuestro compañero gracias a Dios está bien y está aquí en el asentamiento. Se lo lleva a la salita de San Remo todos los días a qué lo curen para evitar infección”, concluyó.
