SALTA (Redacción) – En medio de la pandemia de Coronavirus, múltiples debates volvieron a salir a la luz dejando expuestas las falencias históricas y recurrentes del sistema en su dimensión social, política, económica y ahora religiosa. Precisamente, un tribunal compuesto por tres sacerdotes de la iglesia católica decidieron que el cura Aguilera dejara de ejercer por abusos probados.
Tal y como informa el Arzobispado de Salta, la Iglesia Católica de Salta decidió ayer quitarle el estado clerical al sacerdote José Carlos Aguilera, que desde hoy no podrá ejercer ese ministerio religioso. Pese a ello, el condenado dispone de 30 días para apelar la decisión. Cabe señalar que la misma fue tomada por un tribunal colegiado conformado por tres sacerdotes de fuera de la Arquidiócesis local.
Los cargos que pesan sobre Aguilera
De acuerdo al comunicado difundido esta mañana, ese tribunal encontró al cura Aguilera culpable de haber cometido en forma reiterada abuso sexual consistente en caricias lascivas y acceso carnal contra tres menores de edad. En otros tres casos, se encontró al ahora ex sacerdote culpable caricias lascivas y actos obscenos. En esos casos no se detalló si también se trataba de menores de edad.
Por otra parte, el comunicado advierte que Aguilera también acusó falsamente a dos civiles y a los sacerdotes José María Lix – Klett, Alejandro Pezet y Loyola Pinto y de Sancristóval; por lo que también fue condenado. Considerando este panorama, el comunicado oficial destaca el “dolor y vergüenza” de la Iglesia por los hechos cometidos por José Carlos Aguilera.
El comunicado de la Iglesia hacia la gente
En este sentido, advierte que “por la gravedad de los mismos se ha sentenciado la pena máxima, que es la dimisión del estado clerical”. Al respecto, esto significa que dejará de ser sacerdote. Sin embargo, el comunicado señala que la sentencia podrá ser apelada en los próximos 30 días. Finalmente el escrito resalta “el compromiso de esta Arquidiócesis por conseguir ambientes sanos para nuestros niños, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables es irrenunciable”.
Paralelamente, agradecieron la valentía, tenacidad y coraje de los mismos, al tiempo que aseguraron acompañar a las víctimas en su dolor buscando su sanación completa. “Les pedimos su oración por la santidad de nuestros sacerdotes. Los delitos de unos pocos no pueden esconder el servicio diario a la comunidad de tantos y tantos. Nos encomendamos a la protección del Señor y de la Virgen del Milagro”, concluyeron.