SALTA (Redacción) – La conmoción que produjo la muerte del banquero Jorge Brito en la provincia de Salta, en lo que se presume por la información que se produce minuto a minuto, habría sido un accidente, donde la aeronave que lo trasladaba a uno de sus campos terminó cayendo en la zona del embalse Cabra Corral.
El empresario había manifestado en los últimos días su malestar por la iniciativa del Gobierno nacional al impulsar el Impuesto a las Grandes Fortunas. Brito, quien era dueño del Banco Macro, había señalado que que la medida era una forma equívoca de financiarse. En palabras de él, en caso de llevarse a cabo se produciría una «rebelión fiscal» nunca antes vista en el país.
Si bien el banquero sostuvo en esas declaraciones que era necesaria una recaudación de fondos por las consecuencias de la pandemia, no creía que esa iniciativa era la más adecuada entre las variantes con las que el Gobierno de Alberto Fernández podía contar. En ese sentido, aclaró que la ley de «Aportes Solidario» o «impuesto a los ricos», como lo llama la oposición, es «todo lo opuesto» a lo que debería hacer el Gobierno para alentar la recuperación económica.
Según había explicado, para Brito el impuesto «castigaba doblemente» a quienes invierten y generan trabajo en el país. Asimismo, señaló que el Impuesto a las Grandes Fortunas solo da más motivos para que las empresas quieran irse. «No se puede castigar doblemente a aquellos que, además de estar pagando una tasa realmente alta, deben a su vez aplicar esos fondos privados a la generación de nuevos emprendimientos», había cuestionado con dureza el empresario.
En la misma línea había señalado: «Si castigamos al que emprende, le estamos quitando los fondos necesarios para iniciar la recuperación». A su vez, resaltaba que en un momento en que la Argentina debería invitar nuevos inversores o repatriar algunos, con esta medida va en contra de esa idea. Para Jorge Brito, esto propiciaba la posibilidad de que nadie quiera blanquear su dinero en el país.
