SALTA (Redacción) – En esta nueva etapa de flexibilización, las fiestas clandestinas tomaron gran protagonismo. Durante los fines de semana, son incontables las denuncias de vecinos que informan acerca de estas reuniones prohibidas y en muchos casos, la Policía de Salta ni se entera. Sin embargo, hay muchas irregularidades en los controles, ya que pareciera ser que las autoridades elijen a quienes multarán y a quienes no, tal como se vio en La Calderilla y en el Paseo Güemes.
Mientras los boliches están cerrados y los bares tienen una gran cantidad de limitaciones, la clandestinidad tomó un papel fundamental en los últimos meses. En todo el territorio salteño se realizan fiestas clandestinas en casas y en salones privados, que la Policía ni las autoridades municipales pueden controlar. No obstante, en otros casos están a plena vista, pero no parece ser obstáculo para que todo siga sin problemas.
Controles para algunos, libertades para otros
Es el caso del Paseo Güemes, reconocido atractivo turísticos del microcentro salteño, que en estas últimas semanas fue el centro de las reuniones. A pesar de las restricciones y de que en muchos lugares estén controlando y multando de forma estrictas, otros lugares tienen vía libre para hacer lo que quieran. Esto se vio reflejado durante el fin de semana, cuando un bar contrató un DJ y se armó un boliche a cielo abierto en pleno centro salteño.
La Calderilla de fiesta hasta las 11 de la mañana
La calderilla también fue noticia este fin de semana por la falta de control policial en la zona. En esta localidad del Valle de Lerma, denunciaron una gran fiesta clandestina con un amplio número de asistentes que se llevó a cabo hasta las 11 de la mañana. Según las denuncias de algunos vecinos, la reunión inició a las 20 horas y terminó a la mañana del otro día.
En las imágenes a la que pudo acceder de forma exclusiva Salta 4400, se puede ver una gran cantidad personas dentro del predio donde se organizó la fiesta. Todos sin barbijos, amontonados y bailando con la música que ponía el DJ contratado. A pesar de que el video fue subido a las redes sociales, la Policía en ningún momento se acercó a intentar controlar lo que pasaba en el lugar.
