SALTA (Redacción) – Los puesteros del Parque San Martín y los vendedores ambulantes parecen ser un problema que supera a las capacidades de la Municipalidad de Salta para establecer el control requerido. Esto se ve reflejado en las constantes irregularidades que se pueden divisar en el centro capitalino y los alrededor, situación que genera tensión en todo el municipio con los dueños de los comercios.
En diálogo con Salta 4400, Carlos Godoy, puestero del Parque San Martín, brindó detalles sobre su situación y arremetió contra la Municipalidad. Según explicó, durante las fiestas trabajaron muy poco, ya que están alejados del centro. Por este motivo, lo único que les queda esperar es el turismo que se activaría recién en enero y febrero del 2021.
Con respecto a las irregulares de la municipalidad capitalina, explicó que muchos de sus compañeros se fueron al centro. «La Municipalidad de Salta da esa posibilidad y no controla nada, todos dejan el lugar aquí», sostuvo. Y agregó: «Los controles no los hacen, trabajan mal. Están violando una ordenanza en el casco histórico que no tiene que haber ningún vendedor, solo discapacitados para pochoclos».
La problemática de los manteros
Carlos reconoció que el crecimiento de los manteros perjudica directamente a los puesteros del Parque San Martín, pero se trata de un problema que tiene que arreglar el Estado. «Yo también fui mantero y sé que la gente necesita trabajar, pero la culpa es del municipio. Si los hubieran habilitado en el parque, al aire libre, no tan amontonados, sería otra cosa», reconoció.
A pesar de los constantes pedidos formales y reclamos, las autoridades nunca se acercaron a atender sus necesidades. «Hablamos con el presidente del Consejo Deliberante y nos dijo que nos iba a dar 4 años, después salió dándonos 2. No nos quieren extender a 4 años porque dicen que hay que hacer mejorías, pero es un “decir”, porque hace 12 años no cambió nada», contó. Para finalizar, apuntó contra Gustavo Sáenz y sostuvo que «no cambió ni un foco». Solo arregló la plaza donde está el caballo de San Martin, ni el riego anda, sentenció.