(Por Diego Nofal) A Martín Grande, como su apellido lo indica, la banca le quedó grande. Un día se levantó cruzado, como dicen en el barrio y decidió atacar sin piedad, sin consciencia y sin consecuencias a la fiscal Verónica Simesen de Bielke. ¿Por qué? Hay por qué. La abogada lo llamó a declarar en el marco de las facturas apócrifas en la Municipalidad de Salta. Esto fue motivo suficiente para decirle “atorranta”.
“No caza brujas, caza brujos porque esa fiscal, a pesar de que yo tengo libertad de opinión, cuando hablé del tema Huergo me llevó a declarar, así que es una absoluta ineficiente funcionaria. Lo que hizo no tiene nombre”, dijo Grande, completamente fuera de sí y dejando en claro sus pocas ganas de esclarecer un posible hecho de corrupción. Pero el ataque a la fiscal no quedó ahí.
No conforme con la serie de improperios que lanzaba en contra de la funcionaria judicial Grande optó por decirle cómo ella debía hacer su trabajo. “Debería llevar a declarar a Huergo y a todos sus cómplices, inclusive los que están en la Municipalidad de Salta, después del tremendo afano que hicieron”, manifestó el diputado del PRO, manifestando una vez más su molestia por el llamado a declarar.
Desbocado, fuera de sí y lanzando desagradables comentarios, el ataque de Martín Grande en contra de la fiscal fue en aumento y a todo su relato machista y completamente violento, le agregó “Es una verdadera incapaz, miran para el lado que les conviene, pero cuando tienen que averiguar lo complejo, el robo que se hizo a la municipalidad, no han movido una ficha, es una atorranta”.
Al ver la repercusión que tuvo su discurso misógino, Martín Grande trató de disculparse a través de su cuenta de Twitter, pero nadie creyó que fueran sinceras. “En una entrevista radial traté a la fiscal Simensen De Bielke de atorranta ««atorrante» es un americanismo que significa ‘vago’, ‘holgazán’, ‘desvergonzado'» no fue la palabra más adecuada, pido disculpas públicas a la Fiscal”, dijo Grande.