SOCIEDAD

El duro reclamo de las carnicerías barriales: «Yo con estos congelamientos no puedo competir»

Un carnicero barrial explicó que sus clientes vienen a pelearle el precio porque no pueden afrontar la suba sostenido del costo de la carne.

inflación en los alimentos

SALTA (Redacción) – Después de la última suba en el precio de la carne durante la semana pasada, el Gobierno nacional pegó el grito en el cielo nuevamente porque en el mercado de Liniers se volvió a vivir un incremento del precio de 20%. El hecho es que este valor se traslada luego a las carnicerías barriales y golpea de lleno en la inflación, el gran problema que está teniendo actualmente el oficialismo.

Frente a este problema, desde Casa Rosada y la Asociación de Supermercados Unidos habían llegado a un «mini acuerdo» para no subir los precios de la carne únicamente durante los días que comprende al feriado largo. Es decir, hoy lunes es el último día del «mini congelamiento de precios». El problema para las carnicerías de barrio no forman parte de este compromiso por no haber sido convocados. Por esta razón, piden que se haga un acuerdo de precios que a ellos también les favorezca porque no tienen ganancias por volumen, como si ocurre con las grandes supermercados.

La indignación de los pequeños carniceros barriales es porque fueron excluidos de este acuerdo y eso les dificulta en su capacidad de venta. «A mí me gustaría que congelen los precios de los que venden los animales vivos (en el mercado de Liniers) para que los precios no nos aumenten a nosotros. Yo con estos congelamientos no puedo competir«, fue el duro relato de un pequeño carnicero barrial. Reconoció también que si «ellos si congelan el precio, igualmente van a seguir tendiendo ganancias porque un súper puede ganar igual si vende por cantidad, yo no tengo esa posibilidad», explicó con preocupación.

Este mismo carnicero solicitó que se piensen en las carnicerías barriales porque son estos quienes atienden las demandas de las personas con menores recursos y con menos medios para ir hasta un supermercado. Comentó que «acá vienen a pelearme el precio. La gente no puede afrontar subas tan seguidas porque la verdad no les alcanza. Lo que más sale en mi carnicería son los cortes económicos, como el sobaco».

Por último, este mismo carnicero reflejo su triste realidad porque «al aumento de la carne también le tengo que sumar una baja en las ventas. En los últimos meses pasé de comprar siete medias res a cuatro. Increíble como están bajando mis ganancias y ahora me cuesta pagar el alquiler del local. Antes me alcanzaba para el alquiler, los servicios y una ganancia para mí. Ahora se va acortando todo», concluyó el comerciante barrial.

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