SALTA (Redacción) – La falta de agua potable en varios lugares de la provincia pone en jaque la presidencia de Luis María García Salado en el directorio de Aguas del norte. Ayer se realizó la mesa del agua y el presidente del organismo fue consultado sobre su trabajo y su posible desvinculación del mismo y manifestó que no renunciará a menos que se lo pida el gobernador Gustavo Sáenz.
El funcionario agregó que se retiraría del cargo si el problema se soluciona con su salida. Esto surge luego de que los vecinos que se manifestaron en las puertas de la empresa, pedían la renuncia de él. En esa línea García Salado remarcó que la culpa de estos problemas no es de la cabeza de la empresa Aguas del Norte, sino de la histórica desinversión. “Acá el capricho no va”, subrayó.
Solidaridad
Luis María García Salado expresó en la mesa del agua que la cuestión del agua «es un tema solidario”, que no solo deben trabajarlo coordinadamente con las dependencias que tienen incumbencia, sino que los propios vecinos deben realizarlo. Y recalcó que desde la empresa esperan colocar 50.000 medidores entre los usuarios para que se puedan regular los consumos.
Salado reconoció que solo un 25% de los usuarios está bajo el sistema de medidores. “Por desgracia tenemos solamente el 25% de los usuarios con medidores. Entonces por eso vos vas a encontrar un vecino que pagan $5.000 de agua porque tiene medidor y el que está al lado que a lo mejor tienen incluso pileta paga $1400”, aseveró.
Reunión mesa del agua
Estuvieron presentes el senador Mashur Lapad y Jorge Soto; el presidente del Foro de Intendentes, Daniel Moreno y su par de Tartagal, Mario Mimmessi. El defensor del pueblo, Federico Núñez Burgos; el diputado provincial Lino Yonar; el Gerente de Gestión de Calidad y Articulación del Ente Regulador de Servicios Públicos, Carmelo Russo; miembros de las empresas Aguas del Norte y Edesa, y representantes de los ministerios de Infraestructura, Gobierno y Economía.
