SALTA (Redacción) – Como se da tradicionalmente, todos los 24 de marzo hay movilizaciones en cada punto del país por los Derechos Humanos. Una clara muestra de rechazo a lo que fue el régimen cívico-militar y sus efectos desgarradores. Esta es la fecha del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Marcela Gutiérrez forma parte de unas organizaciones que movilizará el jueves. Será a las 10 de la mañana en la Plaza 9 de Julio.
«La gente tiene que saber que los Derechos Humanos son inherentes a nosotros como personas», comenzó explicando la referente social. Recordó que «no importa si en algún momento de nuestras vidas cometimos un crimen, delinquimos por algún motivo igual seguimos gozando de esos derechos», destacó. Las organizaciones sociales están terminando de definir los pormenores para la movilización.
La militante social forma parte también de la Mesa de DDHH de Salta la cual está integrada por desaparecidos durante el proceso militar. Gutiérrez resaltó: «Nosotros hacemos una reivindicación y reconocimiento de la lucha de los 30 mil compañeros detenidos y desaparecidos«. A su vez, admitió que «los derechos humanos siguen en una vigencia total. Tenemos que seguir luchando por ellos a diario, por eso es tan importante el conocimiento de cuáles fueron los hechos que ocurrieron en la época del terrorismo de Estado», aseguró.
Las organizaciones sociales también rechazarán el acuerdo con el Fondo
Estas movilizaciones se darán en todo el país. Una de las principales críticas será el rechazo al acuerdo con el FMI, a la cual la consideran como una deuda ilegítima. «Exigimos que se vaya el FMI del país, sabemos que eso solamente nos va a traer ajuste y caerá en la gente que trabaja», planteó Gutiérrez. Estas son las mismas personas que «salen a la luchar y a la que no le alcanza para poner un plato de comida sobre su mesa», criticó.
Finalmente, destacó que les preocupa el elevado nivel de negacionismo que hay en los medios. «Pedimos que exista una Ley que condene este negacionismo tan instalado en los medios con este discurso de odio», solicitó. «Es una necesidad que los organismos sigan siendo independientes y sigan ocupando este lugar de veedores de lo que se cumple y lo que no se cumple en el Estado que es quien debe garantizar los derechos humanos, pero el que también los incumple», concluyó.
