SALTA (Redacción) – Desde que se hizo pública la denuncia contra el monseñor Mario Antonio Cargnello, la situación de la Iglesia de Salta entró en un camino confuso y con crisis repleta de discusiones. Monjas pertenecientes a las Carmelitas Descalzas habían manifestado que recibieron violencia de género por la máxima autoridad religiosa. Ahora se discute que pasará con el Convento San Bernardo y con el grupo de religiosas.
En este contexto es que Oscar Ossola, cura párroco de la iglesia «San Lorenzo Martir» manifestó su preocupación por esta situación. Frente a este panorama para el obispo un objetivo de la Iglesia es evitar a toda costa que las Carmelitas y el Convento pasen a manos privadas. Lo que ocurre exactamente es que la Fundación de María Livia y de Carlos Obeid quieren «robarse» a las hermanas.
«No podemos ser tan ingenuos, el problema es que las hermanas quieren dejar de ser Carmelitanas por seguir a esta comunidad, no puede ser que nos roben a las hermanas y el predio del Convento», expresó preocupado el sacerdote. Según, Ossola la pertenencia de las Carmelitas a la Iglesia está ligada a la denuncia contra Cargnello. Para el cura si existió realmente el hecho por el cual se denuncia al monseñor se debe proceder de acuerdo a la Justicia.
«No queremos perder a las carmelitas»: la proclama de Ossola
Por otro lado, aseguró que la Iglesia salteña en ningún momento intento asociarse a un movimiento económico. En caso de que esta vez haya ocurrido esto para Ossola únicamente podría vincularse el caso de las Carmelitas. Además, resaltó que la denuncia en contra de Cargnello se trata de una «escena armada» en el velatorio de una monja. Allí las hermanas filmaron al moneñor negándose a aceptar la presencia de la Virgen del Cerro.
«No queremos perder a nuestras hermanas Carmelitas y no queremos que un predio de media manzana a tres cuadras de la Plaza 9 de Julio, de la noche de la mañana, de la orden carmelitana pase a ser de una Fundación donde la presidenta es María Livia y el marido y la familia forman parte«, concluyó, por último Ossola.
