SALTA (Redacción) – ¿La humanidad está entrando en una éra de pandemias? La pregunta no puede tener una respuesta exacta, pero lo que es verdad es que el cambio climático trae efectos que complica el panorama de manera general. Entre ellos, una de las grandes alertas es lo que corresponde a la situación del dengue y una constante suba de casos.
Por eso mismo es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó una alerta con respecto a las picaduras de mosquitos. Es que según diversos estudios realizados, se prevé que este año los casos de dengue puedan llegar a un pico histórico. Todo esto se vincula directamente con el calentamiento y la ola de calor que se espera para el próximo verano.
Desafortunadamente y contra toda corriente, la realidad es que las tasas de dengue a nivel global siguen en aumento. Desde el 2000 hasta ahora hubo un fuertísimo aumento de los casos de esta enfermedad. Los contagios se multiplican por ocho y llegaron a alcanzar hasta los 4.2 millones el año pasado. El primer registro de esta enfermedad se halló en Jartum, que es la capital de Sudán.
El estado de situación es el siguiente: fuerte aumento de casos de dengue en Europa y Perú declaró el estado de emergencia. A todo esto se suma que en enero de este año ya la OMS advertía que esta enfermedad es la de mayor velocidad de propagación en el mundo. Todo esto hace que sea declarado como una «amenaza pandémica». Además, la mitad de la población mundial está en riesgo de infectarse ante la picadura de mosquito.
El impacto del dengue en América Latina
Según los registros contabilizados por la OMS, en el 2019 fue el máximo pico anterior. Fue un total de 5.2 millones en un total de 129 países y se espera que para este año haya más de «más de 4 millones»; todo dependiendo de la temporada del monzón asiático. En América Latina ya se registraron aproximadamente 3 millones de contagios de dengue.
La mayor preocupación hoy en día es por lo que pueda pasar en Bolivia, Perú y Paraguay. En el caso particular de nuestro país, ya nos enfrentamos a uno de los picos más altos de la historia y ahora se trabaja en la esterilización a través de radiación que afectan sobre el ADN antes de volver a liberarlos a la naturaleza.
