SALTA (Redacción) – El efecto inmediato de elevados niveles de inflación recae sobre el nivel de pobreza en Argentina. La Universidad Católica Argentina (UCA) a través del Observatorio Social actualizó los datos sobre los niveles de marginalidad en el país. Sin duda que junto a los niveles de precios esta es una de las preocupaciones más alarmantes que tiene el país.
El director Agustín Salvia es quien dirige la investigación y compartió los datos actualizados. La condición actual de la Argentina cuenta con el 38,9% de la población argentina viviendo en la pobreza. Se trata de una tasa similar a la que se experimentó en el 2006 cuando se superaba ya los efectos de la crisis del 2001. Por lo tanto, se retrocedió 17 años.
Todo se agrava si se observa que la tasa de pobreza es más elevada en las primeras edades. De 0 a 17 años el 61,6% vive en esa condición y deja el margen para niveles de marginalidad futuro muy alarmante. Asimismo, lo que real es que esta condición va en alza hace 10 años y se correlaciona con el incremento del gasto público en relación al PBI. Es decir, hace una década que hay más personas excluidas del sistema.
Si uno observa los números específicos, desde el 2013 la tasa de pobreza no paró de aumentar. En ese entonces, el 25,3% de los argentinos vivía en condición de pobreza en el país mientras que el gasto social era del 12,5% del PBI. No obstante, una década después el gasto social pasó a ser del 17% y la pobreza terminó impactando en prácticamente el 40%.
Definiciones conceptuales de la UCA
¿Qué parámetros utiliza la UCA para medir estos indicadores? Antes que nada, la Universidad define a la pobreza como «privaciones económicas injustas que afectan el desarrollo de las capacidades humanas en diferentes dimensiones de la vida social. Estas privaciones son injustas porque afectan derechos económicos y sociales consagrados por nuestra Constitución Nacional y pactos internacionales«.
A su vez, se toman dos criterios fundamentales para medir la carencia de determinados bien o servicios. «La medición de estas privaciones se toman dos criterios claves: el derecho a un piso justo de bienestar económico y el derecho a formar parte de una sociedad de iguales».
Finalmente, en lo que respecta a la indigencia que es el ingreso suficiente para cubrir la canasta básica de alimentos también aumentó. Si a fines del año pasado alcanzaba al 8.1%, la misma crecería al 19,6 sino se contemplaría las compensaciones económicas como Asignación Universal por Hijo o otros programas. Con todo esto la pobreza podría incrementarse al 50%.
