SALTA (Redacción) – Diciembre es un mes complicado ya de por sí, pero más grave lo es cuando te enteras que pierdes tu trabajo. En especial si la contraparte es el Arzobispado salteño por problemas propios de la curia. Se trata del caso de la Cooperativa Don José que está integrada por diez familias y el próximo 30 cerrará sus puertas.
Sonia, una de las integrantes de la Cooperativa, habló con un medio local y contó la difícil situación que están atravesando. La misma depende de la confitería ubicada en calle España en el microcentro salteño. Todo esto se da por el quiebre de la patronal y varios años de lucha judicial.
Más allá de que se intentó llegar a un buen puerto y sin mayor conflicto, la realidad es que perderán su fuente de empleo. «Firmamos un convenio para evitar un juicio de desalojo traumático, pero esto es el fin de nuestra fuente laboral», relató la mujer. Además, remarcó que «muchas somos jefas de hogar».
En el frente del local pegaron un pequeño cartel explicando la situación y apuntando directamente contra la Catedral de Salta. El mensaje es para los clientes para que puedan saber lo ocurrido. «Lamentamos informarles que por decisión de los propietarios del inmueble (Iglesia Catedral) de realizar reiteradamente nuestra sociedad para seguir desarrollando íntegramente nuestra actividad gastronómicamente nos vemos obligados a cerrar nuestras puertas».
Tal cual se detalló previamente, esa fecha es el 30 de diciembre, periodo límite para cerrar el local. «Estamos comprometidos a continuar brindando el mejor servicio y atención hasta el cierre», continúa diciendo el cartel. Finalmente, manifiestan su agradecimiento por «elegirnos durante nuestro tiempo en este lugar».
Una situación dolorosa
Más allá de todas las negociaciones intentos por preservar, la cooperativa llegó a pagar hasta 2.5 millones. También se buscaron alternativas para continuar en el local, sin embargo no se llegó a un ningún acuerdo con la iglesia. Otro factor que influyó fue la crisis económica y la caída de las ventas. Así y todo; «siempre mantuvimos la calidad de nuestros productos y la fidelidad de nuestros clientes, pero la situación del país y los costos nos empujaron a un punto insostenible. Es doloroso», lamentó.
En estos momentos en la cooperativa sólo están trabajando entre cuatro y cinco personas. Funciona actualmente en un pequeño espacio ubicado en Coronel Moldes N° 140, cerca de la plaza Alvarado. «Estamos haciendo todo lo que podemos, incluso participando en ferias de emprendedores, pero no es lo mismo», resumió Sonia la crítica situación por la cual están atravesando.
