SALTA (Redacción) – La economía informal se encrudeció y los efectos del párate económico sacó a relucir las fragilidades del sistema político, social, cultural y claro, económico en la Provincia de Salta. En este marco, los “vendedores ambulantes” al igual que los “manteros”, se encontraron entre la espada y la pared. Con la falta de ingresos y la imposibilidad de vender en las calles, muchos decidieron rebuscárselas de igual manera.
El escenario con el enfrentamiento entre vendedores formales e informales en la ciudad, data desde hace ya muchos años. Sin embargo, en el último tiempo la polémica se aceleró debido a los controles policiales y las medidas sanitarias establecidas por ley. Con la flexibilización de la cuarentena, y la mayor circulación en las peatonales de Salta, muchos manteros decidieron volver a trabajar como antes.
Sin embargo, la decisión trajo consigo cruces entre autoridades municipales, policías, la comunidad y los trabajadores en sí mismo. Precisamente, en los últimos días se difundió el video de una violenta intervención de la Policía de Salta a una trabajadora del sector. El operativo despertó nuevamente el debate y visibilizó los cabos sueltos que existen históricamente, de un mandato a otro, pasándose la pelota sucesivamente.
Una playa «exclusiva» para manteros
Al parecer, y con la soga al cuello, el secretario de Ambiente y Servicios Públicos, Aroldo Tonini, informó que los manteros no pueden ingresar al microcentro por disposición conjunta entre la Municipalidad de Salta, la Policía y la Cámara de Comercio. A pesar de ello, explicaron que se encuentran evaluando una posible solución a esta realidad que contiene a cientos de familias detrás de cada manta.
El funcionario aclaró que si bien la medida ya rige para todos los manteros, es una “lucha cotidiana”. En esta línea, explicó que mientras los inspectores los corren de un lugar, aparecen en otro. También se refirió a las organizaciones armadas que hay detrás de estos vendedores y dijo que las están investigando. Por último anunció que se está preparando una playa fuera del centro para que los manteros y ambulantes tengan un lugar para vender y trabajar. Cabe recordar que en oportunidades previas, los referentes de la actividad, explicaron que no sería redituable ni favorable instalarse en barrios o fuera del centro, debido a la escasa posibilidad de vender allí. Nada está claro. Continuará.
