SALTA (Redacción) – Si la crisis económica ya resultaba un hostigamiento por sí misma, ahora se potencia y de manera desproporcional. Lejos de apelar a la solidaridad y el entendimiento, desde el Gobierno Provincial se muestran ajenos a la realidad que queja al sector gastronómico en Salta. En este marco, los empresarios se encontraron con la aplicación de un “embargo preventivo”.
Cuando la pandemia empieza a sentirse con mayor acento en la Provincia y la larga cuarentena expone los efectos económicos, los restaurantes se declaran en una quiebra total. Además de la caída en las ventas y las duras restricciones, ahora la Municipalidad de Salta, los intima a pagar deudas costosas y aplica “embargos preventivos”. Se trata de impuestos que los empresarios no pueden enfrentar en el presente.
Mientras los empresarios hacen malabares con las deudas y los empleados aprender a convivir con la incertidumbre laboral, las autoridades dan rienda suelta a medidas que lejos de traer soluciones, empeoran el escenario. De hecho, a los locales que ofrecían espectáculos, se les suman también embargos preventivos. Un impuesto creado en la gestión de Miguel Isa, que además fue aprobado por el Concejo Deliberante. El mismo los obliga a pagar un porcentaje de la facturación bruta.
“Que nos clausuren, total ya estamos fundidos”
En este sentido, el empresario gastronómico Tupac Puggioni, informó que son aproximadamente 30 mil pesos mensuales que en esa gestión nunca se cobró. Sin embargo, cuando Gustavo Sáenz llegó a la intendencia se les generó una deuda casi millonaria, imposible de pagar. Demás está decir que la rotunda caída en los balances los ha dejado sin posibilidad de amortiguar los tantos.
Ahora y en plena pandemia, esos mismos locales recibieron una intimación judicial para que en cinco días se pongan al día. Puggioni explicó que durante la cuarentena intentó hacer planes de pago pero fue imposible hacerlo por internet. “Que nos clausuren, total ya estamos fundidos”, sentenció el empresario. Lejos de sentirse en aprietos, los empresarios han optado por cerrar sus locales o bien, hacer lo que pueden con lo que tienen.
