SALTA (Redacción) – Con más de seis meses de cuarentena, la Argentina llegó a los 622.934 casos positivos de COVID-19. Esto llevó a que los especialistas analicen distintas estrategias que permitan bajar los más de 11 mil nuevos casos y las 220 muertes que se registran por día en el país. Para ello, proponen aislamientos localizados, estrictos e intermitentes dependiendo de la situación epidemiológica de cada provincia.
Con esto se apunta a desalentar la inconsciencia social que se refleja en la cantidad de actividades prohibidas que se siguen llevando a cabo en todas las provincias a pesar de las restricciones. «Un tema grave hoy es que se ha generado una dinámica en los comportamientos sociales que tiende a desalentar a aquel que se sigue cuidando y alentar el descuido», explicaron.
En ese sentido, sostuvieron que esto genera que más allá de las restricciones implementadas por el Gobierno, se complique el control de la pandemia. Por este motivo, sostienen que esta estrategia de Aislamiento Social, Preventivo e intermitente(ASPI), podría hacer lo que el ASPO actual, y desgastado, no pudo lograr en la Argentina hasta el momento.
El ASPI y nuevas propuestas
Esta nueva propuesta radica en exponer fechas claras de cierres y de esta manera ir anticipando los contagios de COVID-19. De esa forma, se podrá evitar el colapso de los sistemas de salud locales. Por otro lado, sostienen que otra estrategia que podrían utilizar es el uso de inteligencia artificial para zonas con pocos casos o controlados. Y en el caso de aquellas que presenten más complicaciones, el cierre total.
Estos «Lock-down(cierres totales) sería de tiempo acotado, no más de tres semanas. Para finalizar, establecieron que el aislamiento de las personas debería comenzar al momento de comenzar a sentir síntomas y no cuando el testeo de positivo. Al respecto, aclararon que en ese tiempo pueden propagar el virus entre la población. De acuerdo a sus declaraciones, el PCR solo debería utilizarse para hacer vigilancia epidemiológica y detectar brotes.