El príncipe William espera que la vacunación contra el coronavirus que hizo su abuela, la reina Isabel II, ayude a calmar la incertidumbre sobre la vacuna entre los británicos. Un portavoz del Palacio de Buckingham confirmó a principios de este mes que la Reina, de 94 años, y su esposo, el príncipe Felipe, de 99 años, se aplicaron una vacuna en un esfuerzo no solo para evitar el contagio del COVID-19, sino también «para evitar más especulaciones».
El príncipe William habló sobre sus abuelos, la reina Isabel y el príncipe Felipe, durante una videollamada con el personal y los voluntarios del Servicio Nacional de Salud que se dio a conocer recientemente. Los médicos le dijeron a William que algunos miembros del público son reacios a aplicarse alguna de las vacunas contra el coronavirus autorizadas.
«Mis abuelos se han vacunado y estoy muy orgulloso de ellos por hacerlo», dijo William. «Es realmente importante que todos se vacunen cuando se les indique», señaló. La divulgación de los miembros de la familia real que recibieron la vacuna tenía como objetivo poner fin a las especulaciones sobre el asunto, ya que el NHS busca administrar la primera dosis de la vacuna a todas las personas mayores de 70 años a mediados de febrero.
Una mensaje de aliento
Al igual que en los EE. UU., las autoridades británicas han hecho de la vacunación de las personas mayores su primera prioridad porque corren mayor riesgo de morir por COVID-19. La reina ha sido un elemento de esperanza para los británicos desde que la pandemia surgió en el Reino Unido y en todo el mundo a principios de 2020. En abril del año pasado, dio un discurso televisado a los ciudadanos del Reino Unido para levantar el ánimo de las personas en el país.
«Estoy hablando con ustedes en lo que sé que es un momento cada vez más desafiante», compartió, «Un momento de disrupción en la vida de nuestro país; una disrupción que ha traído dolor a algunos, dificultades financieras a muchos y enormes cambios en el país». La reina también rindió homenaje al querido Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña y a otros en servicios esenciales, junto con alrededor de 750.000 personas que se ofrecen como voluntarias para ayudar a los vulnerables.
