SALTA (Ricardo Mena-Marínez Castro) – Se cumplen setenta años de la primera edición de Shunko, la novela escrita por Jorge W. Ábalos. Este libro después de la primera lectura se convirtió en mi devocionario. A través de sus páginas revivían las madrugadas cuando subía a un tranvía que me acercaba hasta la estación de trenes. Pasada la estación Simoca me apeaba en una parada donde me esperaba un sulky para llegar la paupérrima escuelita, no la santiagueña de La Costa sino a otra, escondida entre los cañaverales tucumanos de Los Güemes donde mi adolescencia temeraria desarrollaba su vocación docente.
Escribe Ábalos: G.A Coviello no desensilló en el gran Buenos Aires adonde hace años la llevaron las mareas, se desplazó sin desarraigarse y pertenece total y definitivamente al Noroeste argentino.
Shunko fue escrito en Tucumán, publicado en Tucumán e ignorado en Tucumán y fue en Buenos Aires donde lo conocí. Con mis alumnos de la escuela primaria lo leíamos por las mañanas y por las tardes en las escuelas de Enseñanza media. Llegué a memorizar varios párrafos donde la prosa se transforma en poesía y logré transmitir a mis alumnos esa devoción. Así surgió un epistolario que abarcó desde el año 1973 hasta 1979, los últimos días del maestro.
En 1948 está concluida la primera versión de Shunko cuyos originales envió a concurso y obtuvo el segundo premio otorgado por la Comisión Nacional de Cultura.
Al año siguiente surgió la primera versiónimpresa en los Talleres Editorial La Raza, Tucumán el 30 de junio de 1949. La primera edición constó de 2.500 ejemplares. Shunko. “Con un pequeño vocabulario de la lengua quichua que se habla en la provincia de Santiago del Estero” es el subtítulo. Esta primera edición lleva el prólogo de Ernesto Palacio.
(…) y la segunda, 4.000. ¿No le conté el drama económico de esta última edición? Vale la pena. Algún día, pero mano a mano.
¡Usted que está ahora en la cosa editorial por su libro, se dará cuenta del disparate de editar 4.000!!! ejemplares por cuenta propia… Creo que habría que escribir también sobre esto. Me escribe J.W.A.
Esa segunda edición se realiza en los Talleres gráficos Miguel Violetto, de Tucumán en agosto de 1954.
Ábalos cambia el autor del prólogo. Elías S. Giménez Vega En él plantea oposición entre Santiago del Estero y el resto del país “En ella, Santiago del Estero representaría la manifestación de la auténtica cultura que se enfrentaba al avance del mundo urbano que llevaba a la deshumanización” porque es la que menos civilización recibió”. Omite un largo poema sobre la pobreza del año 30 e incluye el capítulo donde narra la tragedia de Ana Vieyra, la niña pastora.
La tercera edición llega cinco años después. Reelaboró gran parte del contenido luego del éxito de la película en 1959 realizada por Lautaro Murúa, actor y director chileno, donde resultó elegida como la mejor película del año y recibió el Premio Cóndor de Plata. El guión fue obra de Augusto Roa bastos, el sensible y sabio escritor paraguayo
Elogiada por la crítica por su alto contenido poético y que siempre, para homenajear a los maestros durante el mes de setiembre vuelve a proyectarse por televisión. Allí se plantean temas acerca de la discriminación y marginación del indígena argentino y la relación del alumno quichua hablante con el maestro. Relacionadas con argentino. Adaptó el lenguaje para los alumnos de escuelas primarias y secundarias de todo el país. Quitó párrafos hirientes e incorporó capítulo donde prohibía hablaren quichua
El libro nace como catarsis de quien escribe para descargar su angustia y aliviar sus sentimientos de culpa por haber abandonado su tarea docente. Ábalos confiesa que cuenta lo que siente y lo que quiere alejado de toda intención estilística. En sus páginas revaloriza la palabra de sus alumnos que responden a otra mentalidad y destaca que aprende a enseñar aprendiendo.de ellos, es decir, se produce la relación en la cual maestro y alumno mutuamente aprenden uno del otro.
Jorge W. Ábalos muestra una visión más democrática del proceso educativo, un adelantado a la enseñanza de esa época que me enseñó los trucos afectivos para logar que todos aprendan.
Releo sus cartas y se instalan los momentos felices de trabajo con mis, alumnos, junto a él en Córdoba o los encuentros en Buenos Aires
Carta 30-11-1973
Shunko me da permanente satisfacciones como esta que usted me alcanza. Entre las cosas increíbles, es que se lee en las escuelas rusas. Un escritor amigo, que estuvo en la Unión Soviética, me ha sorprendido trayéndome un ejemplar del librito de la primera edición, impresa en…1965.
Carta del 5-1-1973
El escritor que trajo El Shunko en ruso es Bernardo Canal Feijóo, otro norteño, vive en Bs.As. Este librito no deja de darme sorpresas: acabo de firmar una autorización para una editorial japonesa; la traducción será de Kensaku Okitsu, profesor de Lenguas se la Universidad de Osaka.
La maravilla de internet me posibilitará el encuentro con mis ex alumnos, y siempre recuerdan las lecturas y el encuentro con el escritor. En estos días respondí un cuestionario de quien a los nueve años fue mi alumna. Ahora sus alumnas de nivel terciario me formulan preguntas sobre las marcas dejadas. Entonces compruebo que lo sembrado cayó en tierra fértil y me lleno de felicidad.