Hace 10 años, cuando Jennifer Aniston cumplió 40, estaba dispuesta a todo para tener un gran físico y según ella, recurrió a una cirugía estética de la que hasta el día de hoy se sigue arrepintiendo de habérsela hecho. Así lo explicó recientemente en una entrevista con la edición estadounidense de Vogue.
La exprotagonista de “Friends” reconoció que recurrir a las inyecciones y opciones similares no siempre son la mejor idea. «Hace diez años recibí un tratamiento con láser para la piel que me sangró la cara durante un mes. Fue demasiado agresivo. Entonces me di cuenta de que algo que funciona a corto plazo puede causar daños a largo plazo”, confesó.
Claro que con la imagen jovial que muestra hoy la actriz pareciera que sigue sometiéndose a tratamientos, pero Aniston lo niega rotundamente. «La gente piensa que me he puesto muchas inyecciones, pero ese no es el caso. No dije que no lo intenté, pero rápidamente sentí que era una pendiente resbaladiza”.
La expareja de Brad Pitt ahora defiende su imagen, y afirma que su look no le lleva mucho esfuerzo. “Creo que es porque trato de ser yo misma. No hay nada que pueda realmente ocultar, no me puedo salir con la mía. La vida es un desastre, ves lo que ves, obtienes lo que obtienes. Quizá sea eso.”
Según confesó, a sus 50 años sigue tomando el sol, pero con precaución. “Todavía me siento en el sol… necesitas la vitamina D para que te dé brillo y (mejore) el humor. Pero sé que no lo puedo hacer todo el año, y me hecho fan de bronceadores corporales y en spray”. Además, para mantener su piel y pelo sano toma en ayunas un trago de vinagre de manzana.
