Para pasar Acción de Gracias, los duques de Sussex volaron a California con la madre de Meghan. Pero ni Markle, ni en príncipe Harry con su hijo Archie estarán en Los Ángeles en Navidad. Ni tampoco pasaran la fiesta en Sandringham con la reina. Lo harán en Canadá. Así lo confirmó Buckingham, diciendo que los royals viajaron ahí para continuar descansando y pensando tiempo “en privado” alejados del foco mediático como habían previsto y programado.
Meghan y Harry decidieron pasar unos días en Canadá no solo por lo bello del país, la calidez del pueblo canadiense y la belleza del paisaje”, porque es un lugar que Harry ha visitado “con frecuencia” y donde Meghan vivió “durante siete años”, sino por ser parte de la Commonwealth. Claro que la Casa Real evitó dar detalles sobre la ubicación exacta de los royals “por razones de seguridad” y para que “se respete su privacidad”.
Antes de que Meghan Markle se casara con el príncipe Harry, un grupo de asesores de Buckingham se encargaron de asegurarse de que nada en el pasado de la actriz pudiera comprometer a la familia real británica. La futura duquesa en ese momento tuvo que cambiar radicalmente de vida: abandonar la serie Suits, cerrar su cuenta de Instagram y mudarse a Londres.
Pero quedaron cabos sueltos que salieron a la luz. En este caso, objetos que una vez pertenecieron a Markle que han aumentado considerablemente su valor ahora que es duquesa de Sussex. Una casa de subastas de Hollywood decidió poner a la venta el maletín de metal que usó cuando era azafata del concurso televisivo Deal or No Deal.
Durante dos años, en 2006 y 2007, Markle se hizo cargo en concreto del maletín 24, que escondía en su interior un premio que el concursante de turno tenía que decidir sin verlo si lo quería o se quedaba con el que tenía. Esta pieza se espera que alcance en la subasta que se celebrará el próximo 17 de diciembre en Hollywood un precio cercano a los 6.000 dólares.