SALTA (Redacción) – El presidente Mauricio Macri aseguró esta mañana que su Gobierno «está preocupado» por la situación institucional en Bolivia. El mandatario hasta el 10 de diciembre se refirió por primera vez a la destitución de Evo Morales. En tanto, su sucesor en la Casa Rosada, Alberto Fernández, expresó anoche su postura frente a esta crisis y consideró que se trató de un Golpe de Estado.
El actual jefe de Estado de nuestro país lideró una reunión de Gabinete en el Salón de los Científicos, y unos instantes antes de ingresar al recinto, dialogó con la prensa: «Todos estamos preocupados». De esta manera le manifestó a los periodistas que se acercaron. Además, previo a estas palabras, el Ejecutivo Nacional había emitido un comunicado para referirse a la salida de Morales del poder.
Precisamente, el Poder Ejecutivo nacional realizó este domingo: «Un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo”. En esta misma línea, hizo hincapié en el texto en la “importancia de encaminar este período de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, Jorge Faurie, también emitió un comunicado en el que indica que el Gobierno adhiere al «informe preliminar de la misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuya auditoría confirma las denuncias de irregularidades del proceso de escrutinio y recomienda la realización de nuevas elecciones».
Sin embargo, por el contrario el futuro presidente, Alberto Fernández, cuestionó la postura asumida por el oficialismo, que no calificó que la renuncia de Morales se produjo tras un Golpe de Estado. En este sentido, el peronista destacó al diputado de Cambiemos Daniel Lipovetzky por adherir a esta visión. «Me tranquiliza ver que en el oficialismo hay gente con la dignidad democrática de la que otros carecen», consideró en su cuenta de Twitter.
