Un hecho causa indignación en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles. Es que las concejalas del Frente de Todos, Laura Branchini y Mariana Cané, se dieron la vacuna contra el coronavirus pese a no ser personal de salud. Además, otras 20 personas entre los que se encuentran familiares y amigos de estas funcionarias también recibieron la vacunación.
Esta situación provocó que la propia comuna que encabeza Carlos Puglelli, que también forma parte del Frente de Todos, emita un comunicado. “Se inocularon personas no incluidas en esta etapa de la campaña de inmunización”, aunque decidieron no cargar responsabilidades en Branchini y Cané que han sido señaladas como las responsables del escándalo.
“La Secretaría de Salud informa que a raíz de los sucesos de público conocimiento, en el día de hoy, luego de un exhaustivo análisis de la situación, y habiéndose detectado la vacunación por COVID-19 de personas no incluidas en esta etapa de la campaña de inmunización, se ordenó la sustanciación del sumario administrativo correspondiente. A los fines del esclarecimiento de los hechos y la determinación de la responsabilidad de los agentes municipales involucrados”, sostuvieron en otro comunicado.
Pese a este escrito, las concejalas del Frente de Todos no fueron apartadas de su cargo. De hecho, la única que sufrió consecuencias fue la encargada del sector de vacunación del hospital local, la enfermera Sandra Cabral. La enfermera apartada de su cargo señaló que su salida se trata de una maniobra política orquestada por el secretario de Salud.
La oposición exige renuncias
Los concejales de Juntos por el Cambio, pidieron la renuncia de las dos concejalas y del secretario de salud local. “En violación a los protocolos existentes y con total falta de respeto a los vecinos de nuestra ciudad, haciendo uso de su posición política arbitraron los medios necesarios tendientes a obtener un beneficio personal con la colocación de la vacuna”, señalaron los opositores de San Andrés de Giles.
