Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, esperan ansiosos el nacimiento de su primer hijo. El parto está programado para los próximos días así es que la novedad mas importante de palacio pasa por dicha noticia. Lejos parecen haber quedado los vaivenes relacionados con la separación de oficinas con el príncipe Guillermo (futuro heredero al trono) y los rumores de la mala relación de la duquesa con los demás integrantes de Buckingham. No obstante ha trascendido que la monarquía británica estaría enfocada en definir la nueva ocupación para la feliz pareja, y parece ser que el nuevo destino de los futuros padres sería nada mas y nada menos que el continente africano.
En su edición del domingo, el diario The Times afirma que África sería la opción para los destinos del príncipe Enrique y su familia. Esto sin dudas sería un trabajo «a medida» para las «nuevas estrellas» de la monarquía, según el rotativo. Englobaría una serie de tareas como trabajo para la Commonwealth (Isabel II nombró a Enrique el año pasado «embajador joven» de la misma), dedicación a las comunidades y la solidaridad, y un rol protagónico en la promoción del Reino Unido. Según el diario, el plan surgió de sir David Manning, exembajador británico en Estados Unidos y consejero constitucional de los dos príncipes, y del exsecretario privado de Isabel II, lord Geidt.
Un traslado a África los alejaría de la corte de Londres, en la que los últimos meses se han generado todo tipo de rumores y malas noticias alrededor de la pareja, entre las que se cuentan un posible distanciamiento entre Meghan Markle y su cuñada, Kate Middleton, y también entre los hermanos, Guillermo y Enrique. En el 93º cumpleaños de Isabel II, los hijos del príncipe Carlos acudieron por separado y no se les vio saludarse o charlar. Meghan Markle estuvo ausente de la celebración ya que se encuentra en avanzado estado de gestación.
El príncipe Enrique es un enamorado de África: pasó un año sabático, en 2004, en Lesotho, y ha viajado con Markle a Botsuana, al que él menciona como su «segundo hogar». Se enamoraron allí en 2016 y a ese mismo país regresaron en 2017. Incluso el anillo de compromiso de Markle contiene un diamante de Botsuana. «La gestión todavía está en una primera fase, pero el plan es encontrar un nuevo modo de usar el poder de su imagen, especialmente en África» reveló una fuente anónima de la realeza. «En palacio la discusión es acerca de cómo lidiar con Enrique y Meghan, como lidiar con un fenómeno que ha emergido con tal magnitud: haciéndolo productivo», relata otra.
Recordemos que Isabel II vivió una etapa similar antes de convertirse en reina, cuando vivió en Malta a finales de los años cuarenta tras ser destinado allí su marido, el duque de Edimburgo. Este traslado para Enrique y su familia entonces sería algo similar: un destierro temporal de un par de años que posibilitara a la pareja empezar una familia y también calmar la fiebre Sussex que les tiene en el foco permanente, además de lograr que hicieran algo provechoso para los Windsor.
Por otro lado, algunos periodistas que siguen a la casa real británica tienen ciertas dudas acerca del plan. Para Phil Dampier, el veterano reportero que ha seguido los pasos de la corona más de tres décadas, el costo que supondría que la pareja pasara «meses, años, fuera» sería altísimo. Para la responsable del Daily Mail, Rebecca English, la cuestión de estos gastos «debe ser fundamental en la discusión. Enrique quiere alargar una excendencia que puede afectar al día a día. Puede estar bien en teoría, pero el costo, la logística y sobre todo la seguridad va a complicar y encarecer todo. ¿Tendrán los contribuyentes estómago para aguantarlo?». Para Dampier, esta idea es como un terremoto aún mayor: «El príncipe Felipe se ha retirado, la reina tiene 93 años y Carlos y Camila tienen alrededor de 70. Si Enrique y Meghan se van a África, ¿quién va a hacer las tareas reales en Reino Unido? Podría ser el principio del fin de la monarquía».
