Ya es sabido que Blake Lively y su marido Ryan Reynolds forman una de las parejas mas glamorosas de Hollywood. Siempre se los ve felices en sus apariciones públicas y parece ser que este estado habitual es alimentado permanentemente por el inmejorable sentido del humor del que cada uno hace gala constantemente. A punto tal que son conocidas las bromas que se prodigan mutuamente y que hacen las delicias de los seguidores y fanáticos de la pareja en las redes sociales. Con el paso de los años, pareciera ser que están hechos el uno para el otro.
Lo cierto es que la actriz ya estaba acostumbrada a hacer chistes a todo el mundo mucho antes de conocer al padre de sus dos hijos. Además de mostrar su costado adorable y fresco en las artes del buen humor, Lively lo ha usado además para denunciar la obsesión que los periodistas y cronistas de espectáculos tienen con preguntar qué diseñador les ha prestado el vestido a las actrices que pisan una alfombra roja.
Cuando el o la involucrada es una estrella consagrada no hay mucho problema en contestar, pero cuando recién se está empezando, la consulta puede generar cierta incomodidad. En recientes declaraciones a un medio estadounidense, la estrella de The Age of Adaline (2015) y The Shallows (2016), recordó que hubo un tiempo en el que ninguna marca quería prestarle ropa, aunque hoy eso parezca imposible.
Tenía que pasar el tiempo ingeniándoselas para no entrar en bancarrota al comprar vestidos para cada fiesta o gala a la que la invitaban. Fue entonces cuando se valió de una treta para sortear tan difíciles momentos, encontrando una solución acorde a su situación económica: adquiría sus modelos en cadenas de moda accesibles a cualquier bolsillo y luego recurría a pequeñas mentiras piadosas cuando se le acercaba un periodista en algún evento del que participaba.
“He llevado ropa de Forever 21 mucho más tiempo del que me gustaría admitir. Al principio le decía a todo el mundo que el modelo que llevaba era vintage porque me daba mucha vergüenza” confesó risueña en sus declaraciones. La anécdota en cuestión se remonta a la alfombra roja de los premios Teen Choice Awards en 2005. Fue en aquella ocasión, cuando la blonda desfiló y posó para los medios con un vestido valorado en tan solo dieciocho dólares de la mencionada compañía low cost. Por supuesto, aquel día y ante los micrófonos, Blake llevó una prenda «vintage» como lo mencionara.
Tal experiencia ayudaron mucho a la estrella ya que se convirtió en una gran experta en elegir sus outfits y looks de gala. Tal es así que se ha convertido en una de las pocas celebridades que no tiene estilista, es decir, que todo lo que lleva puesto lo elige y combina por sus propios medios. “Para mí la moda siempre ha sido una manera de expresar quién soy. Algo que me obliga a salir de mi zona de confort. Esa es una de las grandes razones por las que me hice actriz, ya que por naturaleza soy muy tímida. Así que es una liberación poder vestirme con algo extravagante y simular que soy otra persona”, aseguró.
Y con los resultados a la vista, no lo hace para nada mal ya que que cada vez que aparece en una fiesta, entra siempre en lo más alto de las listas de las mejor vestidas. La seña de identidad de Lively son sus rasgos físicos y la vestimenta que luce, al más puro estilo Old Hollywood. Blake ha sido nombrada como una de las «100 personas más influyentes» por la revista Time, «La Mujer más deseable» por la revista AskMen.com y una de las «Mujeres más Bellas» por la revista People. Recordemos que Lively debe especialmente su notoriedad en el mundo del espectáculo, por interpretar al personaje de Serena Van Der Woodsen, en la serie Gossip Girl de la cadena The CW emitida desde el año 2007 al 2012.
