Cuando la pandemia de coronavirus obligó a The Blacklist a cerrar la producción en el medio del episodio 19, la serie de crímenes se presentó con una decisión: terminar la séptima temporada abruptamente o salir de su zona de confort. Los productores optaron por este último, creando un ambicioso episodio híbrido con imágenes de acción en vivo y animación gráfica.
«Solo filmamos tres o cuatro días del episodio, así que estábamos a la mitad de la filmación cuando se detuvo la producción. El productor ejecutivo y yo estábamos pensando en cosas descabelladas, y luego nos dijimos: ‘¿Por qué no?'», explicó el productor ejecutivo Jon Bokenkamp sobre otras ideas a las que se enfrentaron para terminar el episodio.
El origen de la idea
Debido a que The Blacklist ya tiene una línea de cómics publicados por comiXology, solo tenía sentido seguir ese camino. «Pensamos que quizás podríamos usar algunas de esas imágenes de los cómics que son similares a los personajes. Eventualmente, eso se convirtió en la búsqueda de una compañía que pudiera hacerlo, dijo Bokenkamp.
La productora contrató a Proof, una empresa de animación con sede en Atlanta y Londres para asumir la gran tarea. «Lo hemos ido logrando a medida que avanzamos. Nunca había hecho esto antes. Todos estamos aprendiendo del proceso, pero eso es lo realmente emocionante: verlo cobrar vida». En el episodio del 15 de mayo, titulado «Los hermanos Kazanjian», narra la historia de un contador que trabaja para delincuentes y que es contratado para encontrar a los hermanos.
Un salto de fe
Los productores esperan que los fanáticos hagan un salto de fe con el improvisado final. Eisendrath señaló que «no hubo rima o una narrativa continua» debido a que ciertas partes del episodio son de acción en vivo y otras son animadas.
