El “Desafío del Momo”, mensaje viral difundido por las redes sociales y que aterró a miles de personas en todo el mundo, tendrá su propia película. Esta falsa leyenda urbana que instaba a quienes lo leían a realizar violentos ataques o retos inspiró a la productora Orion Pictures, división del estudio MGM, para la realización de su nuevo film de terror.
Medios internacionales aseguran que Orion se asociaría con Vertigo Entertainment y el productor Taka Ichise para desarrollar la producción de una película de terror basada en la tenebrosa escultura. El proyecto reúne a la misma dupla que trajo las franquicias de «El Grito» y «La Llamada», icónicas cintas del género.
La imagen terrorífica es obra del artista japonés Keisuke Aiso, que fue parte de una exhibición en 2016 en Tokyo y es actualmente llamada «Madre Pájaro». Pero su rostro bizarro fue apropiado el año pasado por bromistas que inventaron rumores sobre el “Desafío Momo”. Volviéndose viral en Japón y luego en varios países de Europa, “momo” llegó a nuestro país a finales del año pasado y revolucionó las redes.
El aspecto extraño de la obra provocó que naciera la leyenda de Momo. Esta trataba de un supuesto juego que llevaba a los niños a ponerse en situaciones de real peligro, incluso comenzó a circular un número al que si le escribías por Whatsapp, Momo te contestaba con retos peligrosos y amenazas a tus seres queridos.
Frank MacAndrew, profesor de psicología en el Knox College de Estados Unidos, que estudió este fenómeno viral, explicó que “A medida que algo se parece al ser humano, nos parecen lindas. Pero después pueden llegar a parecernos espeluznantes”. Según explica el medio Popular Science, el análisis puede ser aplicado a otros personajes históricamente usados para causar terror: muñecas con aspecto humano, monstruos humanoides, o zombies.
Según a MacAndrew, se trata de una cuestión de grado de semejanza. Dice que cuando un objeto, por ejemplo un robot, se parece vagamente a los humanos, éste nos resulta agradable. Un ejemplo es el protagonista de la película animada de Pixar, Wall-E. Pero si el parecido se profundiza la presencia genera incomodidad, que solamente desaparece cuando el personaje es idéntico a un humano.
En el caso de Momo, reconocemos los patrones generales del rostro humano, pero nos topamos con proporciones que nuestra mente entiende imposibles. En este sentido, en el informe se incluyen consideraciones de la socióloga Margee Kerr quien señala que “estamos diseñados para reconocer rostros y analizar expresiones, para decidir rápidamente si podemos o no confiar en ellos”, y que las caras como la de Momo “desencadenan una especie de error en nuestro cerebro”.