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CULTURA

“Ofiuco”, donde tu mejor versión habla por vos

«Lulu» es una joven que comprendió su propósito y se hizo cargo de él.

Luciana María Ávila Fuente: Salta 4400

Si sucede, conviene. «Ese es mi lema y lo aplico para todos los ámbitos de mi vida, lo que me sirvió mucho. Entendí así que hasta las cosas malas que pueden llegar, son por algo. Tienen su propósito», revela Luciana María Ávila, «Lulu» para nosotros. Una joven emprendedora que se animó a defender una causa propia, pero sin leyes de por medio. Más bien hizo uso de su talento y se valió de su sentido común para hacer justicia por un gran sueño: Ofiuco.

Precisamente, Lulu dejó de estudiar abogacía por el momento y abogó por los accesorios.
«Actualmente me dedico full time a mi negocio. Acá encontré mi pasión y lo que realmente me gusta», subraya. Retomando lo anterior, cuando algo sucede y conviene no quiere decir que se trate de una postura más o menos cómoda. Al contrario, es todo un desafío el aceptar los hechos y sus condiciones, jugar de tal manera que la tendencia se muestre a nuestro favor. Que animarnos nos convenga siempre.

Con tan solo 25 años, Luciana se pone la 10 y encabeza una marca de accesorios. Todo comenzó con la fabricación y venta de accesorios hechos a mano cuando ella tenía 21 años. Que joven, incluso siendo aún más niña, no ha intentado atar con alambre, poner un canutillo, que la tanza, que el nudo, que la mostacilla. Lulu hizo de ese pasatiempo adolescente, un trabajo en el que ella es su propia jefa.

Luciana María Ávila Fuente: Salta 4400
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«A medida qué pasó el tiempo fui incorporando otros complementos, pero la esencia sigue siendo el diseño y la calidad de nuestros productos de fabricación propia. Hoy en día tengo un local y vendo a todo el país», agrega.

Ofiuco, de un descubrimiento científico a una revelación personal

«Ofiuco nace el día que estaba pensando un nombre para ponerle a mi proyecto, y justo mi mamá me muestra un artículo en el diario que hablaba de una constelación, y un nuevo signo que todavía no incorporaron los horóscopos. Era OFIUCO y me correspondía por mi fecha de nacimiento (13 de diciembre). Fue ahí cuando me enamoré de ese nombre y supe que así se iba a llamar ese pequeño proyecto que hoy en día se convirtió en lo que es», recuerda. Fue esa misma certeza para bautizar su proyecto, la que la interpeló a lo largo del proceso, generando una propuesta con valor agregado en el circuito local.

«Creo que mis accesorios se destacan por su diseño único, la calidad y el precio accesible. Además de ser productos a la moda. La variedad es fundamental y aquí hacemos énfasis a todo tipo de público, tanto en edades como en posibilidades», analiza. Pero no es marketing. Detrás de cada pieza, hay una intención que la vuelve artesanal y original.

Ofiuco tiene que ver con Lulu, y viceversa. Al fin y al cabo, cada quien es el resultado de sus acciones a lo largo del camino. Su marca es el espejo de su personalidad. Es el reflejo de su persistencia y sus decisiones. «Sé a dónde quiero ir y hago todo para conseguirlo. También me considero muy sociable, cosa que me jugó mucho a favor en un negocio donde constantemente tratas con el público. Y por último positiva, incluso cuando las cosas no van bien», explica.

Vestir la vida con detalles

Cuando hablamos de accesorios pensamos en un «complemento de «. Pero a veces vale poner la lupa en lo pequeño. Los momentos. Las sutilezas. Los detalles. Muchos piensan que los detalles conquistan. Hacen la diferencia. Lulu tiene la posta. «Creo que los accesorios son más que el complemento de un outfit. Si bien son cosas pequeñas, pero no de menor importancia. Los accesorios les añaden vida a los looks. Y están pensados tanto para el uso diario como el ocasional», asegura.

No agotarse en el intento. Al contrario, agotar las posibilidades. De eso se trata. El espíritu hambriento del emprendedor no tiene fechas ni está regido por un planeta determinado. Simplemente es. Lulu es y tiene sed de expansión. «Quiero llegar a más provincias, y seguir creciendo a nivel personal como laboral», adelanta y en eso va propiciando su próxima meta en este gran engranaje autogestionado.

Aunque cada persona es un mundo y tiene sus propias reglas, el ejemplo y la humildad nos permiten aprender y por ende, crecer. En este sentido, esta joven referente entiende como claves para emprender a la constancia y la disciplina. También la paciencia, ya que según su experiencia las cosas no se dan de un día al otro. Además, le resulta fundamental ofrecer un producto novedoso y tener un exquisito manejo de las redes como punto fundamental, poniendo a Instagram en primer lugar.

Sacar belleza…

Lulu nació en Tucumán y adoptó a Salta como su ciudad desde muy chiquita. Desde ese momento, aprendió a convivir con esta realidad, con sus virtudes y puntos débiles. Supo encontrarle la vuelta y el gustito, y así le saco ventaja. «La ventaja de emprender un proyecto en Salta diría que es el público. Un público que se guía por el boca a boca y la experiencia de sus pares. Como desventaja podría mencionar la falta de insumos para mi rubro y la distancia que hay entre las provincias que, si cuentan con la variedad de insumos que necesito», manifiesta.

Ya son 4 años desde que ella comenzó con este proyecto, a través del cual se le abrieron las puertas del mundo. Literal. Particularmente, siempre creí que la mejor inversión es viajar. Viajar alimenta el espíritu y el intelecto. Mientras que para Luciana es una prioridad en este momento de su vida. “Cada viaje me deja nuevas experiencias. Lo disfruto plenamente. Además de expandir el horizonte de diseños, ya que siempre voy viendo tendencias y las técnicas que se usan en otros países para poder incorporarlas», nos comenta.

A una mente abierta, el universo le es entregado. Es esta la cualidad la que garantiza el éxito de una comunidad y de cada uno de los que la conforman. Animarse a más. Querer más. Desear con más fuerzas, cruzando los dedos y frunciendo los ojos. Creer que si se puede. «La gente se está animando a emprender. A sacar adelante un proyecto. Y eso es muy bueno. Hay que destacar a quienes emprenden con un producto de fabricación propia, que tienen su impronta. Abre otras puertas y abre el mercado. También al minimizar costos de ganancia en cadena, hacen un producto final más económico y eso es clave hoy en día», entiende Lulu.

Se trata de sacar adelante una idea. De alzar una bandera con el nombre de nuestros sueños. De salir por la tangente y romper el círculo vicioso. Es superador poder pensar que, si Lulu puede, yo puedo, vos podés.

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