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CULTURA

«Rúcula y Chirimoya», vuelven ¡recargados de música!

Tras el éxito rotundo regresan Rúcula y Chirimoya. Esta vez en una única función para toda la familia

Fuente: Facebook del Teatro Provincial

SALTA (Redacción) -La Orquesta Sinfónica de Salta resulta ser la más nombrada, la más buscada y la más elegida. Un prestigio más que merecido si revisamos su constante actividad desde el momento uno, enriqueciendo la cartelera cultural con diversas alternativas. En esta oportunidad regresa el espectáculo “Rúcula y Chirimoya”, recargados de música. El público podrá disfrutarlo este viernes 21 de junio, a las 21 horas en el Teatro Provincial.

Rúcula y Chirimoya son dos condes vegetarianos que hace 19 años se vinieron a vivir a Salta para integrarse a la Orquesta Sinfónica. Aman a Beethoven y se tranquilizan escuchando Mozart, les gusta jugar con los chicos como si fueran investigadores de misterios y tienen una gran vocación docente. Si bien parecen tenebrosos, al final resultan ser personajes entrañables a los que es difícil dejar ir.

«Como estos vampiros son eternos han podido conocer la música de todos los tiempos y lugares, y son los encargados de conducir el evento. Si bien ya lo hicimos con otras temáticas en el año 2017, tras el gran resultado volvimos a retomar los personajes que juegan con el miedo de los niños y rompen el hielo rápidamente al revelar que son vegetarianos. Esto hace que los chicos se aflojen y entren en el juego de estos vampiros», nos adelanta Emilio Lépez, protagonista de la obra.

Fuente: Facebook del Teatro Provincial

Una experiencia multisensorial

En esta súper producción los personajes están introducidos por la anfitriona que es la «Bruja Cristal», interpretada por Cristina Altobelli. Es ella quien presenta a estos desopilantes condes con sus dientes y atuendos del siglo XIX, quienes se han establecido en Salta y empiezan a contarnos la historia en primera persona, adentrándose en los entretelones de una Orquesta.

Los mismos dan a conocer los aspectos de una orquesta, interpretan canciones con distintas temáticas y permiten que el público entienda el tempo orquestal, las texturas musicales y las polifonías. Durante el espectáculo, guían a los asistentes en una experiencia sonora inolvidable, transmitiéndoles su pasión por la música clásica, romántica, latinoamericana, entre otras.

Allí se puede disfrutar del sonido de la Traviata y fragmentos de piezas célebres como la Sinfonía Do de Bizet, la Sinfonía Nº 40 de Mozart, y Tannhauser de Wagner, entre otros. Al final terminan bailando al ritmo de los arreglos orquestales de música de película y piezas de Juan Luis Guerra, Los Beatles, y Chacho Echenique. “Es mucho más rico de lo que uno sospecha”, remarca.

Reciclar la música para superar barreras

Según Emilio y sus compañeras de elenco, también integrantes del cuerpo estable de la Orquesta Sinfónica de Salta, tomaron la iniciativa de transformar los antiguos conciertos didácticos donde sólo se mostraba a la orquesta, a los instrumentos de manera individualizada y se tocaba algo al final. «Nosotros pensamos que era insuficiente y al mismo tiempo representaba una oportunidad para mostrar al organismo de una manera interesante», explica.

Precisamente, el espectáculo tiene como centro mostrar a la Orquesta e interpretar música de calidad, sin recaer únicamente en la música clásica, aunque sea este género medular a toda Orquesta, valga la redundancia. “Buscamos desarmar este prejuicio por lo que afrontamos música de distintos lugares y épocas, ya sea latinoamericana, música folclórica, música actual como el Rock and Roll, ópera y demás», aclara Emilio y agrega: “limitar el concierto en este punto es como no ver la película entera”.  

“Se trata de aprender sobre cómo maneja la batuta el director, cuáles son los instrumentos, qué pasa si el director no está, etcétera. Es bueno acceder a esa información desde un concierto, esa es la clave», subraya.
De hecho, «Rúcula y Chirimoya» trajo consigo grandes méritos en el pasado mes de abril, cuando se presentó a las escuelas.

Nuevas inquietudes

En toda carrera artística prima la búsqueda, la creatividad y las ganas de reinventarse. La imaginación es una fuente inagotable que busca ser exteriorizada. En este caso los músicos eligen correr el riesgo y hacer de este el momento oportuno para el crecimiento. “Para nosotros subir al escenario es una emoción enorme y un desafío ya que en esta ocasión nos mostramos ante los adultos», analiza.

El mismo entiende que se trata de un público aparentemente impenetrable, pero tiene la confianza puesta en romper el hielo a través del arte. Cabe recordar que es el cuarto año el caso de Emilio y el sexto de Gabriela, tras asumir esta propuesta. Una experiencia que representa para ellos tanto una oportunidad como un desafío, no sólo profesional sino también personal.

 «Nos toca hacer de actores cuando no lo somos. Somos músicos integrantes de la Orquesta y en un principio fue difícil, porque uno no tiene la preparación actoral, pero si la disposición. Por ejemplo, tuvimos la libertad de crear los guiones, fuimos haciendo una creación colectiva”, asegura, con el orgullo, la frente en alto y los ánimos de aquel que ama lo que hace.

El sacrificio nunca será en vano cuando la vocación llama. “Se trata de un éxito muy grande porque han pasado alrededor de ocho mil niños y a la vez, siempre tenemos la inquietud por parte del mundo adulto, como el caso de las maestras, que nos recomiendan abrirlo a la familia porque se van con una sensación de haber aprendido mucho. De allí la idea de proponer esta fecha», profundiza.

La Orquesta, una tradición viva

«Con Gabriela, somos sanjuaninos y estudiamos en la Universidad Nacional allá. En San Juan hay una Orquesta desde antes del terremoto del 1944. Por lo tanto, es tradición consumir mucha música orquestal. Desde chicos asistíamos a la orquesta y nos parecía re lindo alcanzar ese mismo rol que disfrutábamos cuando éramos pequeños. Lo hacemos con mucho amor y se está sembrando una semilla para poder acercar el arte a la comunidad salteña», reconoce Emilio.

Seas parte del público asiduo o bien, sea ésta tu primera vez nunca está demás conocer el inconmensurable mundo de la música, sumándole a ello, el valor que tiene el acceder a uno de los bienes culturas más preciados a nivel nacional que es la Orquesta de todos los salteños. “La oportunidad es doble, se aprende y se escucha buena música. Sin dejar de lado que los niños entran gratis”, remata.

En este sentido, vale recordar que la entrada general es de $100 en venta en boletería.

Música para todos los oídos

De esta forma, la Orquesta enriquece su programación anual, con conciertos que resultan una garantía al momento de planear una salida en familia. “Es una manera súper grata de acercar la Orquesta, a la cual uno la piensa con un ritual muy almidonado, con prejuicios o con música muy larga. El mensaje que queremos dar es que la música es para disfrutar. No hay que conocerla o entenderla para hacerlo”, invita.

El espectáculo estará dirigido por la maestra asistente de la Sinfónica Yeny Delgado, con las actuaciones de Emilio Lépez, Gabriela del Cid y Cristina Altobelli. Los arreglos están a cargo de Fernando Giménez, clarinetista de la agrupación. Cabe destacar, que Emilio es solista de oboe y Gabriela del Cid es integrante de la fila de Violas. Sin perder de vista, la caracterización exquisita de los protagonistas lograda con la ayuda del Dr. Gramajo, el dentista, y Nadia Rossini, encargada del maquillaje.

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