SALTA (Ricardo Mena Martínez Castro) – Fue un estadista de reconocidas aptitudes, inspirado en sanos ideales de progreso y bienestar colectivo. Nació en San Carlos, provincia de Salta, en 1870. Sus padres fueron don Patricio Corbalán y Soldevilla y doña Carmen Valdés. Realizó sus estudios primarios en el Seminario Conciliar y los secundarios en el Colegio Nacional de esta ciudad. Luego de terminados sus estudios de nivel medio, se traslada a la ciudad de Buenos Aires, para ingresar en la Facultad de Medicina, graduándose y doctorándose en 1893. La tesis presentada fue sobre “Fiebre Puerperal”.
Desde 1893 hasta 1896, fue médico de la Armada Nacional. Desde esa fecha, hasta el año 1906, estuvo radicado en Salta, para luego trasladarse a la vecina ciudad de Tucumán. Mientras estuvo en Buenos Aires, no sólo ejerció en la Marina, sino que también integró la planta médica de los hospitales Rivadavia y San Roque. Se dedicó a la especialidad quirúrgica, sin descuidar por ello la atención pediátrica. Ejerció su profesión en esta provincia por espacio cercano a los veinte años. Su acción fue eficaz y fecunda. Ejerció también con gran vocación su tarea docente en la Escuela Normal. Fue miembro del Consejo Nacional de Higiene, Vocal del Consejo General de Educación y Médico de Tribunales.
Estuvo ausente un tiempo en Buenos Aires, pero regresó para instalarse en Tucumán, donde ejerció diversos cargos administrativos y profesionales. Dentro de ellos diremos que fue médico del Hospital Padilla desde 1906 hasta 1916, y de 1914 a 1916, Director de la Asistencia Pública, donde dejó huellas profundas de su capacidad. Fue como dijimos anteriormente médico municipal y médico escolar. Fue también propietario junto al Dr. Rufino Cossio (h) de un importante sanatorio de la vecina ciudad.
Tentado por algunos comprovincianos, accedió a volcarse a la actividad política, resultando electo Gobernador de esta provincia. Cumplió su mandato desde el 1º de mayo de 1925, hasta el 1º de mayo de 1928. Fue un progresista gobernante, y al concluir su mandato recibió merecidamente el respeto y la simpatía de sus conciudadanos. Fueron sus Ministros: de Gobierno, el Dr. Ernesto M. Aráoz, de Hacienda don Alberto B. Rovaletti y Presidente del H. Senado, el Dr. Robustiano Patrón Costas. Con el gobierno del Dr. Corbalán, resurgía después de dos períodos la mayoría conservadora en Salta, que sin embargo, al decir del Dr. Atilio Cornejo, no cambió mayormente el sistema adoptado por su digno antecesor, el Dr. Adolfo Güemes. Al recibir su bastón de mando, decía que: “(…) al asumir el alto cargo de Gobernador de la Provincia, con que la voluntad popular lo había investido, le placía recibir el simbólico bastón, de manos de un adversario político que ha sabido hacer honor a su palabra, realizando un gobierno honesto, sereno y constructivo”.
Dentro de su obra pública mencionaremos la Ley de Protección Industrial, los dos caminos a Rosario de Lerma y otro de la Cuesta del Obispo al departamento de Los Molinos, las leyes de riego, puentes y caminos, de contribución territorial y catastro, de revaluación de la propiedad urbana que haya modificado su valor en más de un 20%. También se ocupó de la prospección petrolera de la provincia, el decreto reglamentario de la ley de impuesto al azúcar y muchos otros que, como dijimos en casos anteriores, no nos es posible comentar por razones de espacio.
Estando en Tucumán al frente de la Asistencia Pública, escribió algunos trabajos científicos, acerca de la brucelosis, enfermedad a la que dedicara profundos estudios. Dedicase también a la actividad agrícola-ganadera, en su establecimiento “Las Mercedes” de Rosario de la Frontera.
Dice de él la “Revista Ilustrada LA TRIBUNA”, editada en Buenos Aires en abril de 1928, en su número 52, lo siguiente:
“(…) Queda así en breves líneas, esbozada la destacada figura del Gobernador de Salta, doctor Joaquín Corbalán, que es un ejemplo de honestidad y de patriotismo, y un estudioso hombre de ciencia; que resume en sí, a una personalidad intelectual y social de sólidos y merecidos prestigios”.
Encontrándose en Buenos Aires, falleció en aquella capital, un 7 de noviembre de 1933.
Por Ricardo Mena Martínez Castro