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CULTURA

“El Cascanueces»: una adaptación del Ballet Provincial inteligente, funcional y el puntapié para perseguir nuevos horizontes

El Ballet repuso la obra en dos nuevas fechas, con un Teatro Provincial repleto y un despliegue artístico que lo posiciona aún más alto.

El Cascanueces por el Ballet Provincial
El Cascanueces por el Ballet Provincial

SALTA (Redacción) – Cuando llega fin de año, además de las vidrieras brillando, la vorágine de las calles y los centros comerciales inundados de gente, los clásicos del cine, la danza y la literatura conquistan la atención de millones alrededor del mundo, amedrentando una época tan particular y sentida como es la Navidad. Es el caso de la historia que vamos a retomar esta vez de la mano del Ballet Provincial,  y que  hizo de la fantasía uno de los mejores viajes que pudimos haber compartido a través de la danza y la música.

La primera versión que se conoce está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado “El Cascanueces y el Rey de los ratones” (1816). Sin embargo, el argumento que daría vida años más tarde al ballet de Piotr IlichTchaikovsky con toda su genialidad, deriva de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera del texto de Hoffmann.

En lo que respecta al Ballet en dos actos,  éste fue estrenado el 17 de diciembre de 1892, en el teatro Mariinsky de San Petersburgo bajo la coreografía de Lev Ivanov. Esta vez, el mismo recae en las manos del Ballet Provincial de Salta.   La Directora Mtra.  María Inés Riveros Hidalgo y Axel Slodki  realizan una adaptación coreográfica según la  versión original de Marius Petipa y Lev Ivanov con música de Piotr Ilich Tchaikovsky. 

El Cascanueces por el Ballet Provincial

El equipo directivo logra sacarle el jugo al cuerpo artístico en su totalidad y se juegan todas las cartas en escena, exponiendo el talento, profesionalismo e ingenio con el que cuentan al momento de ofrecer un gran espectáculo al público, de gran calidad técnica y artística. La sala llena y los  aplausos de pie son el resultado más evidente de lo que el Ballet genera cuando se presenta.

El Cascanueces por el Ballet Provincial

Sumado a ello, y con Yeny Delgado a la cabeza de la Orquesta Sinfónica, la música acapara los sentidos del público, logrando dar con una interpretación exquisita, compleja y fiel a la versión original. Cabe recordar que, esta partitura es posiblemente una de las más conocidas de Tchaikovsky, quien ya era un compositor consagrado cuando se estrenó el ballet.

El Cascanueces por el Ballet Provincial

La misma contiene algunas de las melodías más memorables y respetadas del repertorio romántico, una esencia que en esta oportunidad se conserva vívida e intensamente. Con todo este potencial bajo la manga, la obra ha sido representada  por compañías de todo el mundo y se ha convertido quizás en el más popular de los ballets principalmente a fines de cada año.

El Cascanueces por el Ballet Provincial

Un clásico que conmueve hasta el último pelo y condensa lo mejor del Ballet

“El Cascanueces” ha sido interpretado a lo largo y ancho del mundo, ya que su argumento cautiva a todas las edades, poniendo las emociones a flor de piel. El Ballet Provincial lo hizo otra vez. Mes a mes, nos deleita con espectáculos para todos los gustos, de gran diversidad y calidad musical, artística y escénica. Esta ocasión no fue la excepción, sumando un punto a favor en el marco de la temporada 2019. Una sala colmada de espectadores contentos lo dice todo.

El Cascanueces por el Ballet Provincial

La clásica historia del juguete que transporta a Clara Stahlbaum a un mundo de fantasías – llamado el Reino de los Dulces – donde se enfrentan malvados ratones contra soldaditos de plomo bajo un Árbol de Navidad, se lució en uno de los teatros más importantes con los que cuentan los salteños, el Teatro Provincial. Fue en septiembre con dos funciones a sala llena cuando tuvo lugar el flamante estreno. Tras las repercusiones y a pedido del público, finalmente se repuso la obra en noviembre, repitiendo la secuencia de manera exitosa.

Se trata de un desafío que se suma a otros grandes éxitos del Ballet, el cual  ha puesto en valor  el trabajo de los artistas en la ciudad y también ha permitido extender el alcance de la danza y la música clásica en la región. Por ende, en cada fecha son más aquellos que participan de las funciones e integran este género a su agenda cultural, sumando apoyo y convocatoria.

Con  esta obra  en  particular, el Ballet se propuso transportar a los espectadores a un mundo de fantasías y sueños para disfrutar en familia, haciendo de la Navidad el momento oportuno. Tal como estaba previsto, los timbres anuncian la cuenta regresiva, minutos previos al inicio de la obra. A medida bajan las luces,  silenciamos  la realidad por un rato para dar luz a la ficción.

Apenas el telón se abre, una niña entusiasmada empieza a aplaudir desde las butacas con ojos como dos de oro. No puede con tanta magia. Más que comprender, se deja llevar por ella. Al unísono, todos quedan perplejos ante el gran despliegue escenográfico que se visibiliza  a medida se abre el telón. Con un repertorio de vestuarios de todos los colores, matices y texturas, cada bailarín  da vida a los personajes que poco a poco van apareciendo.

La unión hace la fuerza: en equipo se trabaja mejor

“El Cascanueces”, en su versión local, retoma el argumento original, brindándole la intención,  el estilo propio del Ballet Provincial y la clara perspectiva de la dirección al momento de abordar su montaje. Persiguiendo un hilo narrativo bien estructurado y evidente, la obra conserva y cuida la curva dramática de principio a fin. Una de las fortalezas que sale a flote en este sentido, es amalgama generada a partir de los personajes.

Se trata de un trabajo grupal consistente y  un ensamble que encaja de manera armónica y coordinada, haciendo posible recrear con fluidez los climas que demanda esta elección y viabilizando una comprensión ordenada por parte del espectador. Desde la butaca, se registra cada escena con agilidad, mientras nos conectamos de manera íntima con lo que sucede allí, minuto a minuto.

Ayuda en este sentido la interpretación musical y la acústica de la sala, que en consonancia con la coreografía, intensifica la riqueza estética y compositiva así como acentúa las emociones del otro lado del escenario. La fantasía no es asunto de los niños. Aquí la magia interpela también a los adultos que le sacan chispas a los aplausos al pie de cada escena.

Uno de los momento más cálidos y adorables, es aquel en el que interviene el Coro Inicial de la OSIJS comandado por Cecilia Cafrune. Se trata de una participación  especial, un plus que cumple su objetivo. Los niños fuera del escenario, sorprenden y aportan autenticidad y frescura a la propuesta. Esta participación logra romper con la cuarta pared que separa al intérprete del espectador, generando intimidad, cercanía y una ambientación  que acompaña la caída de los copos de nieve. En otras palabras, podemos sentir cómo el espíritu navideño se apodera del salón.

La búsqueda de la teatralidad

Como viene sucediendo desde fechas anteriores, la interpretación y la teatralidad no es un dato  menor en las obras elegidas por el Ballet. En cada encuentro, los bailarines corren el riesgo que supone trascender a través de la danza y se animan al desafío de profundizar en el lenguaje corporal, combinando la danza con el teatro en escena. En cada historia, emergen personajes principales y secundarios que exigen de igual manera ponerse en la piel de otro.

Haciendo un balance y tomando como ejemplo obras previas, los avances se visibilizan fecha tras fecha con personajes convincentes y bien caracterizados, algunos generando una mayor empatía y aceptación por parte de la gente. Si consideramos el gran  repertorio de personajes que son parte de esta obra en particular, resulta difícil enamorarse de sólo uno de ellos.

La apropiada indumentaria y un maquillaje idóneo resultan una ventaja que aporta solidez y visibilidad a cada uno de los personajes. Más allá del rol que cada quien ocupa en la historia, en términos generales se alcanza con responsabilidad el objetivo en lo que respecta a la teatralidad, aunque en contados casos escasea la naturalidad y versatilidad necesaria para desarrollar un personaje ficticio, cayendo en lugares “comunes” “esperados” o sobre actuados.

Vale entonces ejemplificar algunos aciertos. Clara, personaje principal de la obra, en sus dos versiones, como niña y adolescente, es una de las participaciones más aplaudidas, aportando sutileza, ternura, jovialidad, precisión técnica, virtuosismo y una expresión corporal correcta a lo largo de su performance. Así también el Arlequín es bienvenido por la gente, siendo al final de la obra uno de los bailarines con mayor precisión, destreza, fuerza, técnica y capacidad teatral.

Lo mismos sucede en el caso del Rey Ratón y su ejército, quienes ponen a prueba su capacidad, bailando a cuesta de un disfraz que podría fácilmente resultar una limitación. Contra todo pronóstico, los bailarines de este fragmento se lucen,  coordinada y acertadamente, sin perder la intención malévola propia del personaje que enfrentará al gran Cascanueces, también bien caracterizado y representado.

Unos de los trabajos más relevantes es el dúo entre Clara y el Cascanueces. Sin fisura alguna, logran encontrar un desarrollo del movimiento a la par, representando el concepto que se busca. Sin embargo, por momentos la química se pierde en lo que transcurre la escena, tornándose demasiado técnico el trabajo corporal y olvidando la gestualidad que amerita esta escena romántica.

Cabe destacar que la figura del Cascanueces recae en uno de los mejores bailarines con los que cuenta el Ballet, hasta el momento el elegido cuando se trata de desarrollar  un trabajo de partener, debido a su excelencia técnica, prolijidad y fuerza según lo demuestra.

Tras el intervalo, en el momento de la gran fiesta,  nos encontramos con una serie de apariciones breves que re alimentan la dramaturgia. Se trata de las diferentes danzas que agasajan a Clara en su llegada al Reino de los Dulces. Nos encontramos con una danza española correcta, un escena de danza árabe hipnótica, un dúo de chinos impecables, la destreza y los saltos distintivos de la danza rusa, también  muy aplaudida, así como un Vals de las Flores que resulta un aliciente visual.

La dosis justa

La escenografía va mutando continuamente, estimulando nuestra imaginación y haciendo  juego complementariamente con una iluminación y vestuario que dan en el clavo para lograr la alquimia ideal. Lo mismo sucede con una de las aristas mas importantes en una obra: las transiciones. Las entradas y salidas son constantes y cuidadas, otorgándole continuidad al relato.

A nivel coreográfico, la performance es exquisita. La variedad en la composición y  las dinámicas del movimiento son notorias. Por ejemplo, la utilización de solos, dúos, tríos y grupales intercalados. Cada fragmento se adapta a las diferentes circunstancias que exige esta obra, al igual que algunos  de los bailarines lo hacen con la administración de la energía.

Queda claro el fruto de una buena dirección  y de una visión determinada al momento de montar una obra y guiar  un grupo de trabajo para hacerle frente a espectáculos de esta magnitud. La temporada 2019 es una evidencia del nivel profesional con el que cuenta el Ballet Provincial y la Orquesta Sinfónica,  capaces de superarse en cada encuentro y sumar versatilidad a su oferta.

Misión cumplida, ¿y ahora?

Las expectativas se cumplen gratamente con un inicio, un nudo y un fin esperado y atrapante. Aunque resulta difícil abstraerse del cuento original, la relación  coreógrafos – bailarines –  público consta de  gran química  y logra su cometido. Complejidad coreográfica, diversidad escenográfica y calidad sonora, sacan adelante la consigna y defienden su nombre.

Sin embargo, las metas se reinventan una y otra vez.  Resulta imperioso redoblar la apuesta y desafiar el rango de comodidad  que cada bailarín ha alcanzando hasta el momento. En este sentido, si bien las presentaciones superan las expectativas y los hechos así lo demuestran, seria positivo ver al Ballet subiendo su propia vara con nuevas producciones y desafíos artísticos que expongan aún más sus habilidades.

Ficha técnica

Obra: El Cascanueces Funciones: 16 y 17 de noviembre  Localización: Salta capital Dirección: María Inés Riveros Hidalgo Coreografía: M. Inés Riveros Hidalgo y Axel Slodki  Elenco: Ballet de la Provincia Teatro: Teatro Provincial Música: Piotr IlichTchaikovsky

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