SALTA – (Redacción) Por amor al arte. Cuántas veces escuchamos o dijimos esta frase de común acuerdo, y con mayor énfasis en la jerga del campo artístico. Una expresión que no solo se refiere a la pasión y el placer propio de la actividad sino a su gratuidad. Si bien comprendemos al arte y la cultura como parte de nuestro patrimonio, existe una tendencia a relegarla sólo a su dimensión de entretenimiento. Dejen que les cuente que toda expresión artística es también trabajo y conlleva estudio, teoría y praxis constante.
Partiendo de este punto, podemos comprender a la práctica cultural desde su formalidad y por ende, considerar sus desventajas respecto a la vigencia de la cuarentena obligatoria. En la región, uno de los principales sectores afectados fue la danza y los trabajadores afines. En otras palabras, aquellos que viven del movimiento y hacen del contacto físico el leitmotiv de sus actividades. Claramente, hoy la situación los pone en desventaja, aún más a aquellos que son independientes y autogestionados.
“El sector de trabajadores de la danza independiente y autogestionado es un sector lastimado y olvidado sin leyes ni políticas culturales que lo valoren, es histórico. La informalidad dentro del sector se ha vuelto el modus operandi y esta forma dominante de trabajar nos hace olvidar nuestros derechos«.
Alma Canobbio, Profesora del rubro y representante del Movimiento Federal de Danza Salta.
“Hoy no poder movilizarnos a dictar clases o tener funciones, hace difícil generar un ingreso monetario digno para atravesar esta crisis”, explica Alma.
Inestabilidad presupuestaria, medidas desiertas y vacíos legales
Alma nos enseña que la danza es el único sector que no tiene un marco legal regulatorio. De allí radica la necesidad de que las autoridades provinciales adopten medidas de carácter urgente, para atender la problemática del sector, con necesidades y carencias como cualquier otro rubro profesional. Nada más lejos que pensar que una crisis saca otra crisis, al contrario, la potencia. Y quienes pueden contarla mejor si no son los mismos protagonistas.
“Sin duda hoy hay necesidades puntuales a resolver ante la crisis que vivimos, tales como un ingreso que nos sirva para sostener los espacios de trabajo, pagar el alquiler del espacio, de impuestos y servicios, lo fundamental para la supervivencia. Esto evidencia la precariedad de los trabajadores de la danza y de las academias que se sostienen solo con el ingreso de las cuotas de los estudiantes”, revela.
Paralelamente, la crisis contiene otras aristas que acomplejan aun más la realidad. Si bien un ingreso es una solución a corto plazo, existen pilares fragmentados desde hace tiempo. Sin un marco regulatorio, la comunidad de la danza carece de una organización corporativa que promueva sus derechos, estimule su profesionalización y garantice la estabilidad laboral. “A su vez, hay un sistema perverso que aprovecha esta situación: la Secretaría pide contenido a los artistas pero no lo paga”, subraya.
Entonces, hagamos de la realidad un mapa conceptual. La carencia presupuestaria en cultura está acompañada por una falta de políticas que promocionen la actividad y fortalezcan la comunidad. Lo que a su vez, da lugar a una naturalización de las condiciones por parte de los trabajadores de la danza.
Un panorama general: entre Nación y Provincias hay un largo trecho
Es de público conocimiento que el Ministerio de Cultura de la Nación emitió un comunicado tras reunirse con representantes de las Provincias. En él se deja claro la decisión de bajar fondos para cubrir las necesidades de los trabajadores de la cultura. Sin embargo, la Secretaria de Cultura de la Provincia no ha dado señales al respecto, ni tampoco una respuesta consistente a las notas enviadas por el Movimiento Federal de Danza Salta.
“Hemos elevado una nota a la Secretaria de Cultura de la Provincia, Sra. Sabrina Sansone, pidiéndole la creación de un comité de crisis pero todavía no tenemos respuesta. Nos interesa saber y participar de las medidas que se implementen desde allí, ya que dependiendo de la realidad de cada trabajador podemos hacernos preguntas y entonces repartir de manera más equitativa los fondos. ¿Cuáles son los requisitos para acceder a las medidas?; ¿Cuáles son los criterios de selección de los artistas?; ¿Cuál es el objetivo?; ¿Cuál es el presupuesto real que Nación y Provincia destinarían al sector?, son algunas de las preguntas que nos hacemos”, advierte Alma.
Las experiencias en otras Provincias hablan por sí solas. Por ejemplo, La Pampa recibe un estímulo destinado a 20 artistas de todas las disciplinas, que será otorgado como un subsidio de $15000 (5 deben ser distribuidos en el INaMu). Mientras tanto, en Misiones ya hay políticas para el pago de alquileres de espacios salas, academias. Asimismo, un gremio aporto subsidios de $5000 para quienes están situación extrema y se está trabajando en un formulario para conocer la economía del sector. Finalmente, en Tucumán, los artistas grabarán un video de música, danza y el gobierno los distribuirá en las redes.
Sobre el Movimiento Federal de Danza y su alcance regional
Desde su nacimiento el 11 de diciembre del 2019, el Movimiento Federal de Danza resulta la única organización en la Provincia que tiene conexión con todo el país. Considerando el sistema federal en el que se inscribe, la comunicación y la toma de decisiones es conjunta, siempre cuidando lo identitario de toda la región cultural. “El trabajo es colectivo. Estamos conectados”, remarca Alma. En este sentido vienen trabajando activamente en la región, trazando redes que integran las provincias y fortalecen su patrimonio.
“Hoy tenemos una región más comunicada, que contiene en su organización a todas las modalidades de la danza. Recordemos que el MFD es una organización de hecho, y en tan sólo cinco meses nos hemos convertido en los referentes de la comunidad de la danza en todo el país. Además, hemos presentado por 5ta vez la “Ley Nacional de Danza” y hemos realizado a creación del Registro Nacional Argentino de trabajadores/as de la danza”, profundiza.
Alma Canobbio, representante del Movimiento Federal de Danza en Salta.
Salta y una agenda exigente
Mientras tanto, en Salta el Movimiento se muestra más sólido y se posiciona, aunando todas las modalidades de la danza y generando conciencia. La agenda se estructura en base a los derechos de los trabajadores de la danza, las alianzas con la Agencia de la Juventud de la Provincia y el Foro de Intendentes así como las conversaciones con la Subsecretaría de la Provincia. Otra gran acción que figura en su trayectoria, es el Registro Nacional Argentino de los/as trabajadores de la Danza.
“El mismo es una acción fundamental ya que es la única herramienta a nivel nacional con la que contamos para saber cuántos somos y cuál es la problemática que cada uno enfrenta en su propio contexto. También nos aporta un dato importante que tiene que ver con el proyecto “circuito 2020”, que es un circuito laboral, son los festivales y encuentros de danza de todo el país”, aclara.
Pero la crisis se vive en presente y en futuro. Tras la cuarentena obligatoria, no queda más que seguir en movimiento, con una misma causa como bandera. En este marco, está previsto organizar el “29A” Día internacional de la danza y la 2º Asamblea Federal en la provincia de Misiones, dos acciones que son un instrumento de visibilización del sector. “Tenemos que seguir trabajando por nuestros derechos y por la Ley Nacional de Danza, único instrumento de promoción de la actividad”, adelanta.
La cultura mueve montañas
Considerando este mapa de situación, queda a la vista lo que la cultura implica para toda comunidad, y la relevancia de sostenerla en el tiempo. “En el sector cultural descansa el espíritu y el goce de la nación; el arte como instrumento liberador resulta en estos momentos de encierro la única vía de escape que todos y cada uno de nosotros encuentra en sus hogares. Es lo que nos permite hacer más amenos el paso de estos tiempos difíciles que golpea tan fuerte el espíritu y la mente”, reflexiona Alma.
Las circunstancias nos obligan a repensar nuestras maneras de vincularnos con el entorno y con nosotros mismos, hacia adentro y hacia afuera. De espera con los brazos cruzados no hablan las grandes victorias, mejor hacer algo al respecto. Mientras el Movimiento Federal de Danza define acciones, de manera particular los artistas continúan ofreciendo sus servicios a través de recursos y plataformas digitales.
“Otros compañeros están presentes en las redes ofreciendo sus clases a la comunidad como un espacio de esparcimiento, necesario en estos tiempos de aislamiento y esas clases son gratuitas. Esto deja en evidencia la tarea social que cumple la danza en los espacios sociales”, agrega.
Pero una cosa no quita la otra. No se puede tapar el Sol con un dedo. La danza es la vívida presencia, la convivencia, una relación fundamental en este “ida y vuelta”. Artistas y público, público y artistas, se necesitan. “Acá no hay huevo o gallina, quien fue primero si el espectáculo o un público deseante, ambos nos necesitamos”, sentencia Alma.