SALTA (Ricardo Mena Martinez Castro) – Día de la Escarapela Nacional – Desde los días de la Revolución de Mayo, fueron los colores celeste y blanco los que distinguirían a la patria naciendo a los ojos del mundo. Decimos germinando a los ojos del mundo libre, pues la patria misma ya existía desde los mismos albores de la conquista, sólo que estaba atada a los designios de la monarquía española. Consideramos también patriotas los hombres de la España que trabajaron estos dominios, preparándolos para cuando estuvieran maduros para autogobernarse. Es pues la escarapela, el primer distintivo destinado a distinguir estos dominios españoles de ultramar de la metrópoli, a la que estaba sujeta por derecho de descubrimiento y posesión. Fue altamente necesaria debido a que en aquellos momentos no se podía declarar formalmente la independencia.
Aseguran algunos investigadores de la historia que es una equivocación el creer que las multitudes en aquella Semana de Mayo de 1810 gritaran abiertamente la libertad, ya que muchos de ellos llevaban el retrato de Fernando VII que había caído a manos de Napoleón Bonaparte; llevaban una cinta blanca simbolizando la unión entre españoles y americanos. Es también una constante comentada en los diversos círculos historiográficos que fue este en realidad el verdadero distintivo repartido por French y Berutti, ya que la escarapela aún no había nacido.
La idea de la independencia ya estaba dentro de la elite revolucionaria antes de 1810, de la mano de Juan Martín de Pueyrredón. La Revolución de Mayo al decir de los investigadores, fue en realidad obra de un grupo de burgueses porteños con el apoyo de las milicias locales asegurando que no se repartieron cintas celeste y blancas.
Por aquellos momentos no se podían mostrar abiertamente las intenciones resguardándose tras una fidelidad fingida hacia el Rey Fernando, dando lugar a lo que se denominara “la máscara de Fernando VII.
La historia contada por Mitre dice que “French entró en una de las tiendas de la Recova y tomó varias piezas de cintas celestes y blancas y apostando piquetes en las avenidas de la plaza los armó de tijeras y de cintas, con la orden de dejar pasar sólo a los patriotas y de hacerles poner el distintivo”. La escarapela aún no existía.
Hay una carta de Cornelio Saavedra dirigida a Juan José Viamonte el día 27 de junio de 1811 donde decía: “Si nosotros no reconociésemos a Fernando, tendría la Inglaterra derecho, o se consideraría obligada a sostener a nuestros contrarios que le reconocen, y nos declararía la guerra del mismo modo que si no detestásemos a Napoleón».
Lo que ocurría era que en aquél tiempo Inglaterra y España se habían aliado contra Francia, pues Bonaparte había invadido a su vecino. Esta situación había dejado a las colonias españolas libradas a su suerte. Debido a esta circunstancia Inglaterra no podía apoyar con claridad la independencia de las Provincias Unidas; esto hubiera obligado a los ingleses a estar al lado de su aliado del momento, lo cual no quitaba que nuestros revolucionarios siguieran trabajando por la libertad de estas colonias.
Fue a petición de Manuel Belgrano que se encontraba en Rosario que se crea este símbolo, al encontrarse a cargo de las tropas criollas en la localidad antes mencionada sobre el río Paraná. Se dirigió al Primer Triunvirato diciéndole:
“Parece que es llegado el caso de que se sirva declarar la escarapela nacional que debemos usar para que no se equivoque con la de nuestros enemigos”.
Hasta ese momento los dos bandos usaban los mismos uniformes y pendones y por lo tanto la lucha se volvía confusa.
El 18 de febrero el Triunvirato integrado por Chiclana, Sarratea y Paso, actuando como secretario Bernardino Rivadavia se aprobó la feliz iniciativa de Belgrano decretando:
«En acuerdo de hoy se ha resuelto que, desde esta fecha en adelante, se haya, reconozca y use, la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, declarándose por tal la de dos coloresblanco y azul celeste, y quedando abolida la roja con que antiguamente se distinguían».
De inmediato se envió la comunicación a los gobiernos provinciales, a Belgrano, Pueyrredón y Artigas.
Belgrano respondía de esta manera tres días después:
«Se ha puesto en ejecución la orden de V. E. -dice- de fecha 18 del corriente para el uso de la escarapela nacional que se ha servido señalar, cuya determinación ha sido del mayor regocijo, y excitado los deseos de los verdaderos hijos de la patria de otras declaraciones de V. E. que acaban de confirmar a nuestros enemigos en la firme resolución en que estamos de sostener la independencia de la América».
Inmediatamente Belgrano creó la bandera con los mismos colores, estando en las márgenes del Paraná habiendo ya creado las baterías Libertad e Independencia con el fin de impedir las correrías de las naves españolas sobre el río. Esto ocurría el 27 de febrero de 1812.
Los festejos de su creación fueron fijados por el Consejo Nacional de Educación el 19 de Mayo, y una de sus causas fue que desde ese día las mujeres del partido criollo sacaron a relucir como emblema de la causa ramitos de violetas azules y junquillos blancos, que colocaban sobre sus rebozos también celestes y blancos. Los jóvenes se los colocaban sobre sus chalecos.
El diccionario de la real academia española nombra como escarapela a una “Divisa compuesta de cintas por lo general de varios colores, fruncidas o formando lazadas alrededor de un punto. Como distintivo, se coloca en el sombrero, morrión, etc. Se usa también como adorno”.
Ricardo Mena Martinez Castro