SALTA (Redacción) – Como cada año, agosto es tiempo de fe y devoción, agradecimiento y renovación. Agosto es bienvenido de la mano de la celebración de la Pachamama que sincroniza a los creyentes a través de diferentes rituales que se suceden puertas adentro, en el calor del hogar y desde la intimidad de la conciencia. En este marco, Salta 4400 dialogó con Norma Cruz, referente del Museo regional de Santa Cruz, quien nos reveló los detalles de esta fecha tan mística como atrapante.
Norma al igual que buena parte de la comunidad, entienden a la PachaMama como la fuente de vida que garantiza y provee los recursos para la vida humana. Quienes apuestan a creer en ella, la veneran desde lo más profundo, la celebran, le agradecen y renuevan sus propósitos en el marco de un nuevo ciclo. Es tiempo de fe y de siembra. Es momento de llamarnos a la conciencia pero también de reivindicar a la naturaleza.
Norma Cruz nos dio detalles del auténtico ritual que caracteriza a esta costumbre ancestral, heredada del imperio incaico. Un ritual minucioso y acabado que pone en valor las verdades y las claves para comprender el sentido que subyace a esta celebración tan arraigada en nuestra región. Como cada primero de agosto las calles y hogares de la ciudad se tiñen bajo una misma «neblina». Pero detrás de ese fenómeno a la vista de todos, existe un ritual que le da vida y que es preciso conocer.
Los pasos obligados del ritual
“En la casa hay que hacer un huequito, cavar un pocito, y antes se cava un cuchillo en la tierra. Allí se hace la forma de cruz y se rosea con agua bendita, que es la forma de pedir permiso a la Pachamama para poder abrir una boca en el suelo para poder alimentarla. Una vez que se hace el pozo, recién viene el jefe de la familia y empieza a ofrendar todo lo que ha preparado para ella”, revela Norma.
En caso de no tener a disposición tal espacio para cumplir con esas instrucciones, Norma sugiere “sahumar la casa para que el sahumerio haga que salgan todas las malas vibras. También se puede agarrar un recipiente y ofrecerle a la Pachamama. Luego, ir a dejarlo en un lugar de tierra. O sino solamente sahumar la casa”, asegura. Pero, ¡ojo! La casa debe sahumarse de adentro hacia afuera.
En caso de no tener sahumerio, Norma recomienda quemar toda la basura, limpiando bien el 31 de julio a las 00 horas. “Así decían los abuelos que se iba la mala onda, las malas vibras”, recuerda. “En San Antonio usamos la “chacha”, porque nosotros lo tenemos aquí. Es una planta que tenemos en la zona que es aromática”, concluye Norma.
A ello se suman comidas típicas como empanadas o papas criollas. Paralelo al convido inicial, existen otros secretos. También se prepara el “piri” que es el símbolo de la abundancia. El mismo se hace con harina de maíz, se lo tosta con grasa de llama u oveja. “En San Antonio se acostumbra echar a la Pachamama o bien, guardar un poquito de ese piri en la cartera, billetera, bolsillo de la persona para que nunca nos falte la plata. Es el símbolo de la abundancia”, recordó Norma.